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La casa de Velázquez

Soy absoluto partidario de que la iniciativa privada desembarque en el culto al patrimonio

Felix Machuca

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En la historia universal de la depredación tiene un lugar de honor un general romano, de época republicana, al que le cupo la tarea de arrasar con ira y fuego la espléndida ciudad griega de Corintio. Este general no fue otro que Lucio Mumio, una ... máquina de triturar adversarios, tanto de carne y hueso como de mármol, piedra, madera o bronce. A decir de algunos historiadores de la época, por las calles de Corintio, corrían torrenteras de plata, oro y bronce fundidos que, posteriormente, le darían un sello internacional y de prestigio al conocido como bronce corintio. El caso es que el tipo, no más sensible que un gorila en celo, acabó con gran parte del patrimonio de la ciudad, depredándolo y distribuyéndolo después por otras ciudades griegas e italianas. Cuentan que uno de los historiadores que vio la devastación se encontró con soldados de las legiones de Mumio jugando a las tabas sobre el reverso de valiosas pinturas de la época. Más de dos mil años después, aquí, en Sevilla, los gabachos de la soldadesca de Pepe Botella, alimentaban el fuego de sus candelas cuarteleras con retablos e imágenes de los conventos sevillanos. La guerra, como decía la monja del chiste, siempre es la guerra.

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