Desayunos
Qué alegría te da ver que la mujer ocupa sillas de cargo y de placer sin tener que pedirle permiso al hombre
Lo más cercano que recuerdas a un desayuno es la imagen de algún hombre que, en el casino, pedía un café y un cortadillo de cidra o una torta de Inés Rosales. A lo mejor se había levantado temprano y no tuvo tiempo de tomarse ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete