Los dineros
Si es verdad que sobra gente honrada, es verdad que siempre hay una mano que se alarga hasta donde no debe
Conocí bastante bien a un jefe de personal que era un exquisito hijo de puta, un canalla con frialdad de glaciar, un cabrón perito en acechos y en cazar liebres de noche, cuando el animal no tiene más remedio que ir a buscar comida. No ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete