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PÁSALO

Y Melilla pa cuándo

Vivir en la frontera tiene sus inconvenientes, pero en las de Ceuta y Melilla los tienen todos

Felix Machuca

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VIVIR en la frontera siempre tuvo sus inconvenientes. Pero vivir en una frontera permanentemente acosada y vulnerable tiene todos los inconvenientes imaginables. No es fácil vivir en Melilla o en Ceuta. No es fácil para el ciudadano melillense o ceutí, pertenezca a la raza y ... religión que pertenezca, llevar una vida normal, más allá de los sobresaltos diarios que te da el hecho de vivir. En la frontera sur de Europa se vive con la angustia a flor de piel. Una sensación incómoda y desagradable a la que intentas acostumbrarte y que, el hábito, te lleva a creer por momentos que no existe. Pero que está ahí. Vive en tu corazón y en tu cerebro. Algunas veces se presenta bajo la forma del miedo. Otras bajo la apariencia de una insoportable levedad. A veces, también, con la idea firme de que hay que hacer las maletas, cruzar el Estrecho y buscar trabajo en algún lugar de la Península. Porque esa vida en la frontera no es vida. O, al menos, es una vida que es aconsejable dejarla atrás. Por el bien de tus hijos dejarás la casa, las vistas del Estrecho y el olor salino del levante que marcó tu identidad más emocional.

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