Gracias Pedro, no hay de qué

El resultado demuestra que para Pedro Sánchez aquel encuentro era un asunto pendiente -desde hace más de dos años- al que tenía que dar salida para poder seguir con su hoja de ruta del falso armisticio catalán. Ni siquiera preparó un golpe de efecto en forma de anuncio que permitiera pensar que el Gobierno tiene cierta empatía con las preocupaciones de Andalucía. Sánchez encomendó la rutina de explicar la posición del Gobierno a la portavoz y ministra de Hacienda, haciendo flaco favor a María Jesús Montero al obligarle a admitir que el asunto capital de la reforma del sistema de financiación autonómica es una urgencia que ella misma posterga sine die en una traición a su tierra y a los principios que defendió como consejera. No se engañen, los ministros trabajan para el partido como Ábalos ha demostrado en sus últimas visitas a Andalucía.

Visto con otra perspectiva, la reunión en la Moncloa ha confirmado que la única urgencia andaluza de Pedro Sánchez era desahuciar a Susana Díaz. Su preocupación por el sur es inversamente proporcional a la que demuestra por contentar a sus socios independentistas cuya ambición histórica es hacerse con todo aquel café cuyo reparto colectivo proclamaba Clavero en los albores del estado de las autonomías.

Y en evidenciar eso radica el verdadero éxito del viaje de Moreno a Madrid. Moreno ha actualizado la deuda histórica del Estado con Andalucía en 10.835 millones de euros, ha marcado además en 4.380 millones la cifra que le corresponde por derecho a Andalucía de los fondos de recuperación europeos y ha trasladado a la conciencia de los andaluces que cada día Andalucía deja de ingresar del Estado 4 millones de euros porque el Gobierno de Sánchez no quiere afrontar una justa redistribución territorial de los fondos del Estado.

Extraña que un líder como Pedro Sánchez, capaz de resolver en 27 segundos lo asuntos bilaterales con la primera potencia mundial no pueda responder en casi dos horas a las urgencias de Andalucía. Pero es evidente que Sánchez de lo que carece es de crédito. Y ha tenido la deferencia de no querer mentir a los andaluces. Y eso, tratándose de Sánchez, es de agradecer.