Abengoa
Tras los ERE e Invercaria, pedir a la Junta una ayuda de veinte millones es nombrar la soga en casa del ahorcado
La salvaciĂłn de Abengoa serĂa una excelente noticia en este 2020 plagado de desgracias. La ingenierĂa sevillana ha sido durante dĂ©cadas un referente indiscutible para la economĂa local y un orgullo para la ciudad. Es imposible, por tanto, no percibir su declive como un fracaso ... propio; Abengoa abriĂł una senda de Ă©xito internacional que siguieron otras empresas y su ocaso parece confirmar que el triunfo es algo excepcional en esta Sevilla conformista y tan proclive a la indolencia. Con Abengoa no solo cae una gran empresa, sino tambiĂ©n una parte considerable de nuestra autoestima.
Pero todo el valor simbĂłlico que pueda tener la firma creada por Javier Benjumea Puigcerver y JosĂ© Manuel Abaurre Fernández-Pasalaguano no justifica que se puedan alterar los cauces que la administraciĂłn tiene establecidos para ayudar a las empresas en crisis. Plantear la necesidad de una inyecciĂłn de dinero extraordinaria significa nombrar la soga en casa del ahorcado en esta AndalucĂa que tiene todavĂa en los tribunales decenas de causas abiertas por reparto discrecional de ayudas, tanto en el caso ERE como en el caso Invercaria. La Junta debe ser particularmente cuidadosa en un momento como el actual, en el que hay miles de empresas cuya superviviencia está en el aire a causa de la crisis econĂłmica generada por la pandemia. Ante la insistente peticiĂłn de los actuales responsables de Abengoa de que se abra una vĂa de financiaciĂłn de veinte millones de euros para completar el tercer rescate de la empresa, al Gobierno andaluz le ha tocado ser antipático y remitir a las iniciativas genĂ©ricas que la Junta de AndalucĂa ha puesto en marcha para el sector. La experiencia demuestra que puentear la legalidad, aunque sea con las mejores intenciones, conduce inevitablemente a un proceso degenerativo en el que se dispara la corrupciĂłn. Dicho de otra forma: se empieza ayudando a Santana Motor y se acaba dando 1,5 millones de euros a las empresas fantasmas del chĂłfer de Guerrero.
Abengoa no entrĂł en crisis por culpa de la Junta de AndalucĂa, sino por una sucesiĂłn de errores que le ha llevado a un punto de muy difĂcil retorno. Desde 2015 ha sido rescatada en dos ocasiones, evitando su cierre definitivo. Pese a que algunos economistas auguran una viabilidad sostenible tras este tercer masaje cardĂaco financiero, lo cierto es que nadie puede garantizar que dentro de seis meses no vuelva a repetirse una situaciĂłn similar a la actual, máxime en esta coyuntura pandĂ©mica que ha provocado la más grave recesiĂłn mundial de los Ăşltimos ochenta años. La salvaciĂłn de una empresa que mantiene aĂşn 15.000 trabajadores, 1.800 de ellos en Sevilla, merece todos los esfuerzos, pero dentro de los parámetros que aconseja la responsabilidad polĂtica y que establece el marco legal.
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