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Tribuna abierta

La mejor defensa, un buen ataque

El valor supremo en la educación del socialismo decimonónico y bananero que llevamos sufriendo en Andalucía es la igualdad ramplona

Manuel Capelo

Llevo casi cuarenta años observando, primero como parte de mi actividad profesional y ahora desde la barrera, cómo reacciona el PSOE-A y sus dirigentes cuando se les critica por su gestión al frente de las administraciones públicas. De forma casi magistral llevan usando desde hace más de cuatro décadas casi siempre la misma estrategia: un buen ataque para repeler las críticas de los adversarios. Esto es, si se le reprocha la mala gestión sanitaria, ponen en primera línea de combate a los sanitarios andaluces argumentando que se les está cuestionando su profesionalidad.

Si se trata de casos de corrupción, ponen en marcha el ventilador y salen a relucir corruptelas en todos los partidos políticos. Y si se cuestiona la política educativa y sus resultados, como ha ocurrido recientemente con las declaraciones de la exministra García Tejerina, contestan de forma melodramática afirmando que se está insultando a los niños andaluces y al numeroso cuerpo de docentes. Y esta estrategia les lleva cuarenta años funcionando....

Usando un símil gramatical, los socialistas andaluces usan divinamente la figura retórica de la sinécdoque, el tomar el todo por una parte, y como si fueran representantes de todos los padres y niños de Andalucía, Susana Diaz se arroga su representación y se muestra muy ofendida porque alguien ha dicho lo que desde hace décadas dicen los informes independientes sobre la situación de la educación en Andalucía, esto es, que su nivel está muy por detrás de otras regiones españolas, y de las últimas si la comparamos con Europa. Hay muchos padres andaluces, algunos de los cuales probablemente votarán socialista, que están muy preocupados por el nivel educativo y por los valores que están recibiendo sus hijos en las escuelas andaluzas.

Pero lo sorprendente de la estrategia no es que le funcione al PSOE-A, sino, como ha ocurrido en esta ocasión, que el adversario principal, en este caso el PP-A, se sienta acomplejado y acobardado por el feroz ataque defensivo, y se repliegue en vez de mantener posiciones. Lo que ha dicho la popular García Tejerina no es una ofensa para los escolares andaluces, es poner negro sobre blanco lo que muestra, entre otros, el informe Pisa. Y eso ocurre, los bajos índices en el rendimiento escolar andaluz, no porque los que hemos nacido en Andalucía tengamos una tara especial para aprender, ni porque los docentes andaluces sean los peores del mundo, sino porque, en mi modesta opinión, el sistema educativo andaluz implantado desde hace casi cuarenta años por el PSOE-A está mal gestionado y ha abandonado valores vitales en la educación como son el ansia de mejorar y de aprender o el afán de superación, que está ligado a una sana competitividad. ¿Se puede, sin exigencias, transmitir valores educativos?

El valor supremo en la educación del socialismo decimonónico y bananero que llevamos sufriendo en Andalucía es la igualdad ramplona. Igualar hacia abajo. Los valores que se inculcan desde la política educativa de la Junta son la mediocridad, el no destacar, la falta de esfuerzo, el ir superando con el mínimo trabajo los retos educativos... Y eso, como decía, no es un problema ni de los escolares, ni de los docentes; es lo que manda la Consejería de Educación, y que nos ha llevado a los niveles actuales.

Recordemos que con datos del informe Pisa de 2017 y según la media de la OCDE (500 puntos), Andalucía obtuvo 483 frente a los 517 de Castilla y León, es decir, que existe entre ambas regiones una diferencia de 34 puntos. Y que la tasa de abandono temprano de las aulas en Andalucía fue del 23,5 por ciento en 2017. La tasa en España fue del 18,3 por ciento y en la Unión Europea (UE) del 10,6 por ciento.

Por ello, y retomo la idea anterior, es sorprendente que un partido que trata de ser alternativa a una forma de organizar la sociedad andaluza, en vez de hacer bandera de estos principios y reaccionar con contundencia a las declaraciones de la presidenta Díaz, se amilana, pide perdón y esconde la cabeza. Los populares andaluces han tenido la oportunidad de sacar en este debate electoral que ya se ha iniciado, la bandera de un nuevo modelo educativo basado en valores de una sociedad moderna y sin complejos, y sacarle los colores al PSOE-A por su ineficaz gestión en esta materia donde han tenido la oportunidad durante -insisto- casi cuarenta años de ponernos a la cabeza de las regiones europeas.

Lo siento, señor Moreno, creo que ha tenido una gran ocasión de callarse con su desafortunado tuit, o de rematar a gol el centro que le puso en bandeja su compañera.

Manuel Capelo Hernández es doctor en Comunicación y periodista

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