Hazte premium Hazte premium

EL RECUADRO

La Triana de Vicente Flores

Vicente Flores era alma de muchas cosas de Triana. Era como una sociedad civil unipersonal de Triana

Jardines de Puerta de Triana Raúl Doblado
Antonio Burgos

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En esta sociedad donde por días no se distinguen las fronteras entre el bien y el mal, cada vez está más olvidado y se practica menos el cuarto mandamiento de la Ley de Dios: «Honrarás padre y madre». Por eso mismo encuentro justo, equitativo y saludable lo que ha hecho el profesor Vicente Flores Luque: dedicar una tesis doctoral a la obra pictórica de su padre, Vicente Flores Navarro (1911-1990), el artista trianero que dibujó medio siglo de informaciones en el ABC de Sevilla.

Con los dibujos y caricaturas de Vicente Flores, el ABC de Sevilla era bastante «el ABC de Triana». ¿Cuántas veces dibujó en estas páginas los ojos del puente, que son como los de la mujer amada de todo trianero que tenga a orgullo ser del arrabal y guarda? Vicente Flores era de Triana, y lo llevaba a gala. Era más trianero que los hornos cerámicos de la calle Alfarería, que el sombrero de ala ancha de Carlos Astolfi, que las estanqueras de la calle San Jacinto, que la zanahoria aliñada del bar Las Golondrinas, que los barbos en adobo, que las avellanas verdes de la Velá, que el palo de la cucaña, que los pavías de Enrique, que Jaramillo el concejal bético, que la botica de Aurelio Murillo en el Altozano. Vicente Flores era alma de muchas cosas de Triana. Era como una sociedad civil unipersonal de Triana. Yo evoco ahora a Vicente Flores, siempre con su parsimonia, siempre sin prisas, y no le encuentro otro paisaje de fondo que los zócalos de cerámica de la Peña Trianera (la antigua sede de la Unión Patriótica del general Primo de Rivera), de la que era el alma, y a cuya contigua y antigua Casa Cuesta nos aficionó a medio ABC a ir a comer el menudo que servía Segura el camarero.

Pintor discípulo de Rico Cejudo, ceramista, dibujante, cartelista... Flores Luque ha estudiado las mil facetas artísticas de su trianerísimo padre. Yo ahora quiero fijarme en dos: sus caricaturas y su Asociación de la Prensa y su «Hoja del Lunes». Empecemos por el final. Igual que cuando ibas a Triana te encontrabas a Vicente Flores en la Peña Trianera, cuando ibas al centro de Sevilla lo hallabas en el entresuelo de la Plaza de San Francisco sede de la vieja Asociación de la Prensa de don José Montoto y de Celestino Fernández Ortiz, del conserje Pedro Caracuel. Vicente Flores era más de la Asociación de la Prensa que el escudo. Que lo había pintado él. Escudo que representa toda una época, y que no sé cómo han sustituido por un logotipo que sólo pone APS, y que puede ser perfectamente de Banesto. El escudo de la Prensa que pintó Vicente Flores era un círculo en el que iban inscritas la Giralda y una pluma. Lo colocaba de tamaño monumental en el interior de la Caseta de la Prensa, que Vicente se encargaba de montar todos los años en El Prado primero y en Los Remedios después. Una caseta con gracia, clásica, con sus tresillos de mimbre, sus sillas sevillanas y su cominito de trianidad. La santísima trianidad de Vicente Flores.

Que era bien prolífico en sus dibujos y caricaturas en el periódico. Fueron más de 20.000, desde 1932, en que sustituyó Martínez de León cuando se fue a Madrid, hasta 1986. El ABC de un día cualquiera llevaba caricaturas de Vicente Flores, a saber: de la novillada en la plaza del Arenal; del que iba a fichar el Sevilla para su equipo en el viejo Nervión; del personaje entrevistado por Paco Amores; y hasta de Gary Cooper y Hedy Lamarr ilustrando la crítica de la película estrenada en el Palacio Central, firmada por «Santiño», seudónimo de Antonio Santos, padre de Silvio el Rockero. Y al final, pero no lo último, sus carteles de Semana Santa, sus óleos de asunto taurino y sus dibujos costumbristas con escenas de la vida sevillana, como los tranvías por el puente o camino del campo del Betis, con gente agolpada hasta en los topes y reginchada en los estribos. Honra a Vicente Flores Luque que haya honrado de esta forma la memoria de su padre, aquel gran dibujante que era un símbolo de ABC en su plumilla mojada en la tinta china de la gracia de Triana. Tinta tan negra y trianera como su cara cuando salió de Rey Baltasar en la Cabalgata de su Ateneo en 1945.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación