Vaya plan
Miedo de la mortadela, y más miedo del tocino; miedo de los chicharrones y miedo hasta de decirlo
Estamos tan rodeados como en el cine de niño cuando iba la caravana con todo el mundo tranquilo, y de pronto, de unas rocas, de una alameda, un camino, aparecían gritando y pintados de ridículo, con más plumas que una carga de edredones, muchos indios ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete