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Que viene el bu

El adelanto electoral es un recorte al PP antes de que el PSOE le dé la cornada a Susana

Alberto García Reyes

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El tanteo que ha hecho el PSOE esta semana dejando caer la posibilidad de que las elecciones generales coincidiesen con las andaluzas ha sido la mar de entretenido. Porque ha servido para destapar otra vez la grieta que hay entre el sanchismo y el susanismo. ¿Qué es eso de que Pedro se aproveche del tirón socialista andaluz? Ni mijita. Que cada palo aguante su vela. Eso es lo que piensan en San Telmo, sede central del PSOE de Andalucía, donde el número de asesores de la presidenta por metro cuadrado ha hecho que aquello parezca un hospital porque hay más pelotas que despachos y están los pasillos abarrotados. Eso sí, los asesores de la doña cobran mucho más que los médicos por mucho que los sanitarios de carné se empeñen en decir que las batas blancas están muy bien pagadas. (Aquí van ahora unas risas enlatadas como las de las series de la tele). Andalucía es un desastre, como se ha encargado de acreditar Bruselas en su último informe, pero es nuestro desastre. Que Sánchez se encargue del suyo. Al presidente sin votos, sin diputados, sin presupuestos y sin pudor —pero con avión privado— le falta también el apoyo de su partido en el Sur, donde apenas tiene algunos cabos sueltos a los que agarrarse: el sempiterno alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, y el profesional de la política Gómez de Celis.

Por eso lo más interesante de esta historia es que el PSOE no se enfrentará en las próximas elecciones —generales o andaluzas, da igual— a los demás partidos, sino a sí mismo. Porque en estos momentos hay dos aparatos socialistas bajo las mismas siglas y los dos están en manos de políticos de escasa categoría, aunque este problema es extensible al resto de formaciones. ¿No da la sensación de que los discursos de los políticos y los de los futbolistas son cada vez más parecidos? Frases vacías que valen para cualquier resultado y circunstancia aprendidas de antemano y con un léxico de cuadernillo Rubio. Por ejemplo: «Han perdido ustedes contra un rival muy inferior y esto les complica la Liga». Respuesta: «Esto es muy largo, vamos partido a partido y confiamos en nuestras posibilidades». ¿En qué se diferencia de esto? «Señor Sánchez, ¿cree usted que deben seguir en prisión los líderes independentistas catalanes?». Respuesta: «Tengo una opinión, pero yo soy presidente del Gobierno y no puedo hacer una afirmación sobre esa cuestión». O ésta otra: «Señora Díaz, ¿va usted a adelantar las elecciones en Andalucía?». Respuesta: «Tendré que convocar elecciones cuando no pueda hacer lo que tenga que hacer».

Mientras tanto, Pablo Casado continúa con su gira sin complejos. En Sevilla dijo el otro día: «Nosotros pactaremos con los partidos que defiendan una alternativa en la Junta, pero no con el PSOE». Y esto es lo único en lo que Susana es valiente, en hacer el recorte con el capote que ha recuperado Morante para que no le dé una cornada su propio partido. Su mensaje a Pedro es directo: «Cuidado, que viene el bu», que es muy parecido a lo que ha dicho Cristiano Ronaldo en Turín: «Esto es diferente, aquí somos todos una familia».

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