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EL TERCER TIEMPO

Demasiado corazón

Este martes, al Sevilla le hubiera gustado salir a roquear frente al Arsenal, sin embargo salió a morir

Daniel Ruiz

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Tiene Diego Alonso un porte como de dandi tropical, con sus corbatas clásicas estrechas y su apariencia enteca. Algo de sicario enfermizo, de esos que fuman mucho y beben mucho whisky, a lo Sam Spade, frente al que Mendilibar nos parece un abuelo tomando el ... sol en la terraza del hogar del pensionista. Mendilibar era de pocas palabras, en cambio Diego Alonso es de temperamento charlatán. Cuando se habla de charrúas, siempre solemos referirnos a los uruguayos, pero olvidamos que el charrúa originario pertenecía más bien a Argentina. El argentino y el uruguayo tienen en común muchas cosas, y entre ellas destacaría la propensión a la verborrea. No sé si les pasa, pero a mí algunos argentinos me embelesan tanto que estoy dispuesto a dejarme engañar. Si Cecilia Roth me hubiera hablado alguna vez al oído, habría estado decidido a dejarlo todo por ella. Con Sampaoli no me pasaba: era un granuja de marca mayor. Sin embargo, aun sabiendo su facilidad para manejarse con la dialéctica de las patrañas, me divertía tanto escucharlo hablar que era capaz de ser indulgente con su querencia por la fullería.

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