Mirandés-Sevilla: no dejes de soñar... (0-3)

Roberto Arrocha

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28/01/2016 a las 21:49h.

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El resultado casi fue lo de menos. Porque lo que más, sin duda, está en resaltar que el Sevilla FC vuelve a estar en unas semifinales de la Copa del Rey. Quedan sólo cuatro equipos vivos y el Sevilla FC es uno de ellos, razón suficiente para que el sevillismo sienta el orgullo y para que los hinchas no paren de soñar con hacer algo importante. ¿Por qué no? El Sevilla de 2006 comenzó de la misma manera y acabó ganando la UEFA en Eindhoven. O el de 2007, o el de 2010, o el de 2014, o el de 2015... Emery y sus jugadores se deshicieron con suma facilidad del Mirandés en Anduva con goles de Iborra, de penalti, Juan Muñoz y Coke y se preparan ya para conocer, mañana a las 12.30, qué rival le tocará en las semifinales. El equipo se ha hecho fuerte en la competición del KO y después de tres eliminatorias tiene en su maleta de grandes recuerdos el que aún no ha recibido ningún tanto, un dato llamativo para el que ya se codea con los otros tres que quedan, el Barcelona, el Celta y el Valencia.El Sevilla comenzó pronto a mandar. A diferencia del partido de ida, en el que los hombres de Terrazas se mostraron sin complejos y atacando desde el principio, el Sevilla se hizo con lo que necesitaba el encuentro, quizás, con mucha más facilidad de lo previsto por el desenfreno y los nervios de los locales. Hacía falta zafarse y el Sevilla lo hizo. Hacía falta buscar espacios y lo encontró. Tan pronto que en apenas siete minutos ya se puso por delante en el marcador con un gol de Iborra de penalti tras derribar un defensa del Mirandés a Cristóforo cuando se disponía a chutar. El estadio de Anduva quedó helado. A las primeras de cambio, cuando aún se podía palpar algo de emoción entre los rojillos, un torbellino llamado Sevilla se encargó de romperlo todo. A partir de ahí el partido entró en la lógica fase de desconcierto. El Mirandés dejó de apretar y el Sevilla comenzó a vivir de las rentas. Apenas le hacía falta más. Le dio al encuentro lo que requería y los jugadores parecieron decirle a Emery que aquí estaban, que, como soldados que aceptan órdenes, querían seguir disfrutando y soñando en hacer algo importante en los cuatro meses que quedan de competición. Fue el caso de Nzonzi, muy acertado; Cristóforo, con galones impropios de un jugador de su edad, 22 años, o Konoplyanka, muy participativo en labores de presión, algo aparentemente sin importancia para el gran público pero tremendamente significativo para el preparador vasco. También Iborra, destacado en la salida del balón, se sintió a gusto en Anduva.En la segunda mitad, el técnico local, Terrazas, hizo un triple cambio tratando de encontrar soluciones a un partido que se le había puesto por momentos cara de amistoso. Necesitaba algo más que una revolución y abogó por remover a sus jugadores. Pero el guión seguía siendo el mismo con un Sevilla bien plantado y eternamente cómodo. El tiempo pasaba y pesaba en las botas de los locales mientras que los sevillistas seguían con sus inventos. Así, precisamente, y apenas unos minutos después de que Emery metiera a Llorente y Kakuta por Nzonzi y Konoplyanka, respectivamente, llegaría el segundo tanto del partido, el cuarto que le marcaba el Sevilla al Mirandés. En esta ocasión, una buena triangulación entre Kakuta, Vitolo y Juan Muñoz acabó con el tanto del canterano y una bonita imagen de todos los jugadores abrazando al canterano. Ahora sí, se sentían ya en semifinales. Lo que vino después fue una fiesta, con gol incluido para Coke de cabeza tras rematar a la perfección un buen centro de Kakuta en el 91. No dejes de soñar...