Ocho años fichando mediocentros

14/06/2009 a las 00:38h.

Desde que Del Nido accedió a la presidencia en mayo de 2002, el Sevilla no ha dejado de firmar centrocampistas ninguna temporada y tampoco faltará a esta «costumbre» en el próximo curso futbolístico. Han pasado siete años desde que Roberto Alés le cedió las riendas del club a José María del Nido y desde ese punto las sucesivas plantillas dirigidas por Joaquín Caparrós, Juande Ramos y Manolo Jiménez han contado siempre con fichajes para el puesto de mediocentro. Con los que se avecinan (llegará uno como mínimo y se desea que sean dos) para el próximo curso, serán ocho temporadas consecutivas firmando para esa demarcación donde se suele generar el fútbol y se dota del ansiado equilibrio en un equipo.

La primera plantilla que tuvo como presidente a Del Nido contó entre sus fichajes con un veterano futbolista que llegó con la carta de libertad procedente de la U. D. Las Palmas. Se trataba del inglés Samways, que apenas tuvo participación en el equipo de Caparrós pues en el mercado invernal decidió rescindir su contrato. Esa misma temporada llegó también el gallego Marcos Vales (tras abonarle al Zaragoza 150.000 euros), aunque este futbolista alternaba el puesto de mediocentro ofensivo con el de centrocampista por la derecha, en el que fue más utilizado por el técnico utrerano.

Los desembolsos más elevados comenzaron a la campaña siguiente y en el verano de 2003 se le pagó al Sao Paulo 2,4 millones de euros por el joven Julio Baptista. El pretendido «Mauro Silva» resultó después un demoledor y eficaz mediapunta con notable olfato goleador gracias la reconversión a la que le sometió Caparrós. Ello le valió multiplicar por diez lo invertido cuando fue traspasado al Real Madrid en el verano de 2005. También resultó muy rentable en lo deportivo y de más largo recorrido sería el fichaje más modesto de Pep Martí, que llegó libre procedente del Tenerife.

Al curso siguiente, temporada 2004-2005, también volvieron a conjugarse para reforzar la media una apuesta millonaria (Renato, firmado del Santos por 5 millones de euros) con otra modesta (Jordi López, que llegó del Real Madrid B por medio millón de euros). El internacional brasileño, aunque con algunos altibajos, sigue amortizando más que de sobra lo que se invirtió por él. En el caso del jugador catalán no jugó mucho, pero tuvo sus momentos de gloria (gol en el descuento al Valencia y otro en UEFA que selló una victoria en Moscú) y además se ganó algo de dinero con su traspaso.

Enzo Maresca sería el único centrocampista que se firmaría para el primer proyecto de Juande Ramos. Se pagaron tres millones de euros a la Juventus por el salernitano, que pasó a la historia del sevillismo con su actuación estelar en la final de Eindhoven en su primera campaña. Después ha ido de más a menos y ahora prepara su salida. Más breve, pero el doble de rentable, fue la presencia del danés Poulsen. Llegó libre en el verano de 2006 procedente del Schalke 04 y se marchó un año más tarde a la Juventus de Turín dejando en las arcas 10 millones de euros después de haber sido pieza básica en la consecución de los cuatro últimos títulos logrados en la etapa Juande.

Menos trayectoria sevillista, pero plenamente rentable también, tuvo Seydou Keita,firmado del Lens por 4,5 millones de euros hace dos años. El internacional por Mali, tras brillar sobremanera en la convulsa temporada 2007-2008, propició su pase al F. C. Barcelona, que abonó lo estipulado en su cláusula de rescisión, con lo que el Sevilla multiplicó por tres en un año lo invertido en el jugador africano.Más dudas en lo económico suponen por ahora las inversiones del verano pasado para reforzar la medular, especialmente en el caso del marfileño Romaric, fichado por 8 millones de euros procedente del Lemans. Más modesta fue la apuesta por Duscher, firmado del Racing de Santander por 2,5 millones.