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Rabajda: «Entiendo a los que puedan pensar que he sido de los peores fichajes del Sevilla»

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Rabajda: «Entiendo a los que puedan pensar que he sido de los peores fichajes del Sevilla»

Gerardo Rabajda cumplirá en dos semanas 40 años. Tres de ellos los pasó en Sevilla —uno sólo con ficha—, con más pena que gloria. Hoy es recordado como uno de los peores porteros que ha militado en el club blanco.

—Ahora soy agente FIFA; tengo de 20 a 30 futbolistas. Y no quiero más porque los muchachos necesitan atención. A España llevé a Juan Salgueiro al Murcia, y la operación más conocida fue la de Pouso, cuando fichó por el Charlton inglés.—Resulta que ahora es usted la competencia de Paco Casal, ¿no?—Como se dice en México, el sol sale para todos. Paco está por encima de todos y sólo soy una opción más.—Explíqueme que le pasó en el Sevilla. —Llegué al mejor lugar en el peor momento. —Ahora que es usted agente de futbolistas, dígame la verdad, ¿se representaría a sí mismo para fichar por un equipo español?—No lo dudaría ni un minuto. Rabajda siempre ha sido un profesional de los pies a la cabeza. Además, yo podría decir que sólo jugué cuatro partidos. Gané en Liga ante el Barcelona. Con el Oviedo perdí cuatro a dos, y en Copa del Rey, frente al Osasuna, caímos eliminados. Con los números en la mano tampoco estuvo tan mal la cosa.—Entonces, no entenderá que su fichaje fuera criticado...—No, no, yo no digo eso. Entiendo que los aficionados puedan pensar que fui de los peores fichajes. Eso yo lo acepto, lo que sucede es que luego hay otro aspecto, el de los que realmente me conocieron, los que estuvieron conmigo.—Sí, pero Marcos Alonso no le ponía.—Y nunca le dije nada. —¿Usted cree que el Sevilla sabía a quién estaba fichando? Se lo pregunto de otra manera, ¿cree que realmente sabían cómo era Rabajda?—Me imagino que sí, ¿no? Un club cuando hace un fichaje tendrá que tener alguna referencia. Y es que, vamos a ver, yo fui un ídolo en México antes de fichar por el Sevilla. Lo puede ver en internet si quiere. Fui el capitán del Puebla, elegido el mejor jugador extranjero de la Liga mexicana. Y lo de Sevilla fue fustrante, claro, cómo voy a negarlo. ¿Para qué voy a decir que no? Fui reconocido en México, en Chile y en Uruguay, pero en España todo salió mal. —¿Por qué salió mal?—Siempre he pensado que desde el principio comencé perdiendo. Le explico. Aprendí cómo vive un profesional en Europa, muy distinto a Sudamérica, con una forma física totalmente distinta. Fíjese, el mejor extranjero de la Liga mexicana se convirtió en el último de la fila en una pretemporada de un equipo español. Yo no estaba al nivel físico del fútbol europeo. Ahí empezó mi fracaso. Pensé que estaba a un nivel alto, pero no me alcanzó. Me costó dos o tres meses, perdí un terreno que nunca pude recuperar. —¿Algo para no recordar?—Lo que más me dolió fue que me apartaran de los entrenamientos. No me lo merecía; sólo me equivoqué una vez, con unas declaraciones que hice contra el presidente, pero me arrepentí rápido y pedí disculpas. Luego, sin embargo, el tiempo le dio la razón a los que tomaron esa decisión. Fíjese cómo se levantó el Sevilla cuando me fui. —Muchas gracias Gerardo y más suerte en su nueva vida.—Me gustaría que quedara claro que perdoné un dinero importante, de los últimos seis meses. Yo no estuve de paseo en Sevilla, lo que le digo se lo puede preguntar desde al utillero hasta al que recoge la ropa. Rabajda fue a Sevilla a ganar su dinero trabajando. Incluso cuando me apartaron del primer equipo pedí jugar en el filial, pero no pude. Es para que la gente también lo sepa.—Lo pondré.—Gracias.

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