Sampaoli, por sus jugadores...
«Pensábamos que nos iba a matar del esfuerzo... y terminamos pasando por encima de todos», declaran a ABC cuatro futbolistas desde Chile sobre el técnico


¿Cuál es la metodología de Sampaoli? Sólo echar un vistazo a la red de redes sirve para demostrar y cerciorarse de que el técnico argentino provoca todo tipo de reacciones y que su estilo no deja indiferente a nadie. Hace tan sólo seis años entrenaba en Ecuador y hoy por hoy, tras su exitoso paso por el Universidad de Chile y por la selección del país sudamericano, es uno de los entrenadores más reclamados: hay ya dos libros escritos sobre su trayectoria y filosofía de vida, sirve de estímulo para muchos aficionados de Chile que están expectantes a ver qué sucede en su etapa en Sevilla y numerosos medios de comunicación de Santiago y Buenos Aires no paran de informar sobre él. Es el «fenómeno Sampaoli» y su fuerza en el entorno. Pero, ¿qué opinan los que mejor los conocen, los que, de puertas para adentro, se encerraron durante varios años y cientos de entrenamientos? ¿Cómo es Sampaoli? ¿Y su preparador físico, también llamado Jorge y de apellido Desio? ¿Cómo son las sesiones de trabajo? ABC se puso en contacto con hasta cuatro jugadores que convivieron con Sampaoli en Chile y que conocieron de primera mano qué es lo que tiene en la mente el entrenador argentino.
«Nosotros veníamos de otro fútbol, de otra idea, de una forma de entenderlo todo muy distinta. Y llegó Sampaoli». Quien así habla, con clara agitación y profundo respeto, es Gabriel Vargas, chileno que había jugado antes de conocer al técnico en el Deportes Concepción, Puerto Montt, Cobresal y Universidad de Concepción. Había jugado ya más de 200 partidos y se vio, de repente, corriendo como un jabato en el Universidad de Chile. «En el primer día de entrenamiento todos nos queríamos morir. No por el tiempo que duró, apenas una hora y cuarto, sino por la intensidad que nos metió. Fue tremendo. No había tiempo para descansar. Nada. De una cosa a otra y de otra a otra. El ritmo me sorprendió. Al día siguiente fue igual. Ahí sufrimos hasta más. ¡Es que no estábamos acostumbrados! Acababan los entrenamientos y me tenía que ir a descansar. Pero Sampaoli y Desio sabían bien lo que estaban haciendo. Hubo un momento en el que ya nos habituamos. Veías a los chicos en los primeros entrenamientos y pasados unas semanas y ya no tenía nada que ver. En los partidos nos comíamos a los rivales. Nosotros estábamos tan metidos, dándole una intensidad al partido tan grande, que muchos de los rivales sólo nos aguantaban 20, 25 minutos». Vargas habla a continuación de la importancia también en el trabajo de Sampaoli de la figura de Desio. «Ellos se complementan muy bien. Sampaoli es más serio, menos hablador. Te dice lo que te tiene que decir. Desio es el nexo con el jugador y el cuerpo técnico. Es mucho más cercano», subrayó el delantero de Concepción.
Gustavo Canales, también futbolista de Sampaoli en 2011, pasó después por China, con el Dalian Aerbin; Argentina, con el Arsenal de Sarandí; y Brasil, con el Botafogo (donde juega), entre otros, y nunca ha visto algo similar. «Son buenísimos profesionales. Están todo el día pensando en el fútbol y lo tienen todo controlado. Lo que más me llamó la atención de su labor al principio fue la fuerza que le metió a los entrenamientos. Eso sí, las sesiones no son muy largas. Sería imposible aguantarlas», dijo entre bromas.Otro de los jugadores que tuvo Sampaoli en el Universidad de Chile fue Felipe Seymour, un centrocampista que adquirió con el hoy entrenador del Sevilla una forma de juego que mantiene. «Sacó lo mejor de mí. Y de todos los chicos. A mí me dijo que había que ir al frente, con intensidad, siempre queriendo la victoria jugáramos en casa o fuera. Nunca olvidaré cuando perdimos en nuestro estadio la final de 2011 y en el partido de vuelta nos habló... Teníamos que ganar por tres goles en la casa del Universidad Católica. ¡Ganamos 1-4! Sampaoli nos enseñó el camino antes de aquel partido que se puede con todo».
Diego Rivarola, el que es hoy director deportivo de la Universidad de Chile, y a la postre una de las piezas claves de Sampaoli en el 2011, valoró la forma que tenía de motivar a los futbolistas. «Instaló algo tan novedoso que al principio costó digerirlo. Para él, la presión y la movilidad constante son partes claves de su juego. Nos hizo meternos eso en la cabeza y al final ya casi nos salía de manera natural. Siempre recordaré cuando, en un clásico, en un Universidad de Chile-Colo Colo yo estaba en el banquillo y me dijo que fuera a calentar que iba a jugar los últimos minutos. Entré y pude marcar el gol de la victoria. Ganamos 2-1. Nunca olvidaré la cara del gran Sampaoli. Le deseo ahora lo mejor en Sevilla y que sus aficionados puedan disfrutar como lo hicimos nosotros».
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