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Sevilla - Celta: Ganar como sea, pero ganar

Los de Lopetegui tuvieron que trabajar más de lo esperado y lograron remontar en los minutos finales tras verse 1-2 en el marcador

Fran Montes de Oca

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A veces no importan las formas ni el momento. El fin de la victoria justifica casi siempre los medios de este rebelde Sevilla FC de Julen Lopetegui. Competitivo hasta aburrir al adversario. No es la primera vez esta temporada que abrocha el triunfo en el epílogo. Por fe. Por insistencia y calidad. Sobreponiéndose a sus propios fantasmas y las virtudes del rival. El equipo se llevó el botín de los tres puntos ante el Celta en un partido harto complicado, repleto de obstáculos, errores propios como el de Vaclik y, sobre todo, en el que tuvo que trabajar más de lo esperado e incluso remontar en los minutos finales tras verse 1-2 en el marcador. Lo importante es que el Sevilla FC vuelve a ganar. Son ya tres victorias consecutivas, la mejor forma de cargarse de moral para lo que viene, que no es poco. Y muy duro. Koundé adelantó a los locales, pero los exsevillistas Aspas y Nolito pusieron en ventaja momentánea al Celta. En-Nesyri empataría antes del descanso y ya en el tramo final del duelo, tras sudar de lo lindo, Escudero y Munir rubricaron el triunfo (4-2).

Aparecieron contratiempos desde los mismos prolegómenos del choque, marcados por el p ositivo de Yassine Bono . Como ocurrió con Koundé en el anterior parón, Lopetegui perdía así a otro pilar de su equipo; esta vez, el guardameta titular. Le está saliendo caro al club el 'coronavirus FIFA' y las cada vez más dañinas ventanas de selecciones. La baja del marroquí, para cargar de razones a los agoreros, acabaría tenido incidencia directa en el partido.

La ausencia de Bono, capital hoy día para este equipo, se unió a la de Carlos Fernández, también convaleciente por Covid-19 , y a la del lesionado Suso. Vaclik defendió la meta sevillista ante los gallegos. Erró de forma preocupante en el primer tanto del Celta y estuvo impreciso. También es justo plasmar que firmó un par de buenas paradas en la segunda mitad. La otra novedad del once fue la inclusión de Rakitic en la medular, desplazando a Óliver a la línea de tres cuartos. El nivel de ambos fue gris y el Sevilla FC sufrió.

Por lo demás, el capitán Jesús Navas , lesionado durante todo el parón, logró llegar a tiempo para ser de los mejores ante el Celta y tirar por enésima vez del carro. Dio una asistencia. También fue titular, en el lateral zurdo, Marcos Acuña , pero de nuevo se tuvo que retirar del partido en la primera mitad. Preocupante.

Los locales irrumpieron con fuerza en el choque, embotellando al Celta en su campo y propiciando un doble error defensivo de Olaza que casi se traduce en el primer gol del partido. Lo evitó el meta Rubén Blanco, respondiendo con reflejos al latigazo de Ocampos . El alto ritmo del Sevilla había sorprendido al cuadro celeste, blando en el posicionamiento inicial y hecho un verdadero flan atrás. Así, En-Nesyri pudo marcar en la siguiente llegada de los nervionenses, aprovechando en su caso el tibio marcaje de Aidoo. El zaguero del Celta lo acompañó prácticamente como en un paseo por el parque, concediéndole todas las ventajas. La pena es que el marroquí, con toda la portería para él, la pegó fuera, mordidísima.

Anécdota, porque el Sevilla FC andaba en plan rodillo y pronto iba a marcar. Lo hizo en acción de estrategia con papel protagónico de sus centrales. A los cinco minutos de encuentro, en un córner botado en corto por Joan Jordán, Diego Carlos cabeceó primero como un bombardero en el corazón del área para que después su compañero Koundé agarrara el rechace del portero y lo convirtiera en el tanto que abría el marcador. 1-0. Poderosa la jugada ensayada de los de Lopetegui. Y muy merecido el gol para un Sevilla FC superior.

Aprovechando la inercia, no bajó el pistón el equipo hispalense y Ocampos la tuvo otra vez para hacer el segundo tras un gran servicio de Navas. Todo parecía fácil. Escrito. Pero el fútbol es para espabilados, Y el Sevilla se durmió en los laureles de su bonita puesta en escena. El partido daría un giro radical a su guion antes de los diez minutos.

Hugo Mallo la colgó desde la derecha y Vaclik se tragó un balón aparentemente fácil que terminó pegando en la madera y que Aspas remachó al fondo de las mallas. 1-1. Como una losa cayó el empate a los locales. Midió horrible el meta checo del Sevilla FC.

A partir de ahí, todo se volvió oscuro para el conjunto blanquirrojo. Primero con la lesión de Acuña (segundo partido consecutivo en el que el argentino tiene que abandonar el césped antes de tiempo) y pasada la media hora con el segundo tanto del Celta. Los ex del Sevilla FC se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza. Denis Suárez inició la jugada, Aspas le ganó en velocidad a Fernando, colocó el centro y tras el despeje inicial de Vaclik apareció Nolito para empujarla a las redes. ¡1-2! Incomprensible.

Por fortuna, en el alargue del primer tiempo, con el Sevilla FC desnortado, el capitán Navas sacó el orgullo y, con mucha garra y calidad, dibujó una asistencia perfecta para que En-Nesyri lograra nivelar el marcador de cabeza. El partido era frenético, con todo por decidir por delante...

Hubo que trabajar hasta el límite en la reanudación. El Celta se había asentado y se veía cómodo. Pero con tesón, fiel a sus preceptos de inconformismo y esa referida rebeldía, el Sevilla iba a ir ganándole metros a la defensa celeste y acercándose poco a poco al área de Rubén. Entre medias, dos buenos sustos. Santi Mina le ganó la partida a Koundé y Aspas puso a prueba a Vaclik, quien esta vez salvó a su equipo. Lo haría además por dos veces, ya que poco después el portero checo también evitaría el tanto de Santi Mina. De villano a héroe.

Parecía bien armado el equipo del debutante Coudet, contraatacando con peligro y acumulando muchos hombres atrás a la hora de taponar al Sevilla FC. Y cuando todo apuntaba al empate, reaccionaron a lo grande los locales. Joan Jordán avisaría primero de golpe franco, obligando a la espectacular parada de Rubén. Era el preludio. En el 85, el Sevilla se agarró a la épica para remontar. Ya saben, nunca se rinde. Le dio la vuelta al choque Escudero con un zapatazo desde fuera del área que desvió Tapia lo suficiente para ponérsela inalcanzable a Rubén. Y acto seguido, Munir firmó el cuarto, sentenciando el partido, embolsando los tres puntos para este inagotable Sevilla FC. Brotó la pegada. Ganar así es también de dulce.

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