Sevilla - Eibar
Sin mordiente y pagando la factura de la Champions (0-1)
Los de Lopetegui encajan su segunda derrota consecutiva en LaLiga dando una gris imagen y pecando por enésima vez de falta de puntería arriba

Ya avisó Lopetegui en la previa de que su equipo tendría que exprimirse al máximo para sacar adelante el envite ante el Eibar . Es más, aseguró que la «exigencia» del choque sería incluso mayor que la del día del Chelsea. No se equivocó. Lo que casi nadie esperaba es que el Sevilla FC no rascara hoy absolutamente nada del botín en juego ante el cuadro armero. El esfuerzo de la Champions, las rotaciones, los tocados y la solidez del rival, con las ideas muy claras, terminaron por ser una factura inabordable para este Sevilla que encaja su segunda derrota de la temporada en LaLiga (de forma consecutiva) en cinco partidos. El conjunto de Mendilibar se llevó el gato al agua exprimiendo sus virtudes y gracias a un solitario gol de Kike García en la primera mitad. Los sevillistas disfrutaron de varias ocasiones claras, sobre todo tras el descanso, pero por enésima vez pecaron de una alarmante falta de puntería arriba .
Lopetegui revolucionó su alineación, con hasta cinco cambios respecto al partido de Stamford Bridge. La permuta más llamativa se produjo en la portería con el regreso de Tomas Vaclik . Bono lo había jugado todo hasta el momento y el checo no lo hacía desde que se lesionó precisamente ante el Eibar el pasado 6 de julio. También entró en el equipo Óliver Torres para refrescar una línea medular en la que esta vez le tocó rotar al brasileño Fernando. Aunque fue en el frente ofensivo donde se produjeron la mayoría de las modificaciones. El entrenador dejó en el banco al tridente que actuó en Londres (Suso-Ocampos-De Jong) y renovó por completo el ataque, apostando por En-Nesyri como hombre de referencia, escoltado por Munir y Óscar Rodríguez en los costados. El ex del Real Madrid estrenaba titularidad.
La puesta en escena del partido ofreció los rasgos esperados, con un Eibar de orden imperturbable, marca Mendilibar , tremendamente incómodo y cerrando casi todas las líneas de pase del Sevilla FC. La presión arriba del cuadro vasco llegó a ser asfixiante, comprometiendo durante toda la primera mitad la salida de balón de los locales. Óliver se veía obligado a retrasar una y otra vez su posición para echar una mano atrás, lo que terminó por nublar las ideas en la zona ancha sevillista. Por ahí se ahogó un Rakitic gris y poco acompañado. Mientras, los tres de arriba vivían en un islote, desconectados.
El Eibar llevó el partido al terreno que le interesaba. Los locales tampoco encontraban vías por las bandas, con Acuña y Navas perfectamente taponados. Pese a las trabas, el palaciego tiró de casta para ser el primero de su equipo en generar algo de peligro con uno de sus magníficos centros. Cogió a Oliveira espabilado, que estuvo trascendental para sacarle la pelota a En-Nesyri cuando el marroquí estaba ya con la caña preparada en boca de gol.
No se amilanaba el Eibar, que permaneció siempre firme en su guion. Respondieron los vascos con un disparo lejano de Arbilla que se marchó fuera por poco, muy cerca del palo derecho de Vaclik. La jugada combinativa de los de Mendilibar había sido notable. Inquietaba la comodidad de los guipuzcoanos en el encuentro. Mala señal. Poco después, tuvo que aparecer Navas de nuevo, aunque esta vez en defensa y para salvar a su equipo arrebatándole el balón a Inui dentro del área pequeña . El Sevilla estaba obnubilado.
No logró tirar el cuadro hispalense hasta el minuto 33, por obra de Munir , el jugador con más fe del equipo. Puso a prueba a Dmitrovic con un lanzamiento de larga distancia que el meta serbio desvió a córner. La realidad es que la cosa no pintaba nada bien... y el jarro de agua fría se derramó en el 41. El Eibar golpeó antes del intermedio. La jugada se originó en un gran pase de Pape Diop a Kike García . El delantero eibarrés superó con solvencia la marca de Sergi Gómez y batió a Vaclik. 0-1. Caía el Sevilla al descanso. La losa iba a ser imposible de levantar.
En la reanudación, Lopetegui movió el banquillo buscando reanimar a su equipo. Dejó en el vestuario a Sergi Gómez, retrasó la posición de Gudelj y puso en el tapete a Lucas Ocampos . El movimiento ofensivo del entrenador logró estirar algo al Sevilla en el arranque de la segunda mitad. Acarició pronto el empate, que no llegó porque, incomprensiblemente, y con todo a favor, En-Nesyri mandó a las nubes un excelente servicio de Munir dentro del área.
El ex del Barça era el que más lo intentaba en ataque, moviéndose con peligro por ambas bandas, llegando con decisión. Era prácticamente lo único salvable de un desnortado Sevilla. A la salida de un córner, Dmitrovic tuvo que intervenir para repeler un disparo seco del propio Munir, que abanderaba a marchas forzadas la ligera mejoría de su equipo . Ligera e insuficiente a todas luces, porque los locales no fueron capaces de nivelar el marcador en todo el segundo acto. Ni siquiera surtieron efecto los cambios de Lopetegui , que fue metiendo pólvora poco a poco en el campo sin resultado alguno. Los Suso, Carlos Fernández, De Jong o Mudo Vázquez no consiguieron arreglar el desaguisado. Ocampos, para más inri, mandó la pelota fuera en el descuento cuando solo tenía que empujarla para igualar el choque. La derrota se consumó y ahora toca meditar. Lo que es seguro es que no hay hueco para las lamentaciones. Ni tiempo. La semana que viene esperan el Rennes en la Champions y el Athletic Club en esta liga donde nadie regala absolutamente nada.
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