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Sevilla - Granada: Sueños eternos

Un Sevilla que necesita tan sólo un punto para ser equipo de Champions League de manera matemática se niega a bajarse del carro de la máxima ilusión

Lopetegui, pensativo, con Koundé al fondo en el entrenamiento de ayer Raúl Doblado
Roberto Arrocha

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Con varios registros y récords a destacar (salen con facilidad) en una temporada excepcional en LaLiga, el Sevilla es el alumno que llega imparable a una oposición, el niño que quiere más, el anciano que se niega a anclarse en el pasado. El presente es tan bonito que el ayer y el mañana no existen para el sevillismo, una hinchada que hincha el pecho mezclando orgullo y exigencia. Como cada uno de los jugadores, que ayer, justo después del entrenamiento, se conjuraban para dar otro pasito más y alargar el sueño. Qué a gustito se está así... ¿verdad? A un pasito de lograr la clasificación a la Liga de Campeones por segundo año consecutivo, a tan sólo un punto para hacerlo de manera matemática y condecorar así una campaña exitosa y única en su historia. Ese era y es el reto; lo otro, los sueños, sueños son. Entre tantas discrepancias en la sociedad actual y enfoques perdidos de los más poderosos para pisotear al resto, este Sevilla se comporta como la luz que aguanta en la noche.

Esta tarde, a partir de las 18.30, todo hace indicar que Lopetegui podría repetir por tercera vez consecutiva su once, siempre a la espera de que el estado físico de Koundé sea el mejor y que opte por seguir dándole minutos desde el principio a Papu Gómez. El argentino se ha encontrado muy bien haciendo de enlace en los duelos frente a la Real Sociedad y el Levante, entre otras razones, porque parece que juega de memoria con los hombres de banda, caso de Ocampos y Suso. El gaditano, el mejor el miércoles junto a En-Nesyri, se encuentra en un estado de forma excepcional y suyos están siendo los mejores pases al hueco. Mientras que Ocampos percute una y otra vez por su banda, Suso se mueve con facilidad y confianza hacia el centro para romper las defensas rivales. El juego vertical del Sevilla es para analizarlo en las escuelas de entrenadores. Con una fortísima presión como base estratégica cuando el balón es del rival, los jugadores de Lopetegui recrean la mejor coreografía para salir victoriosos con un juego alegre y de muchísima tensión.

También atrás es la concentración la vía del éxito de Lopetegui. El técnico vasco, desde que llegó al equipo sevillista en el verano del 2019, se dedicó en cuerpo y alma a tratar de conseguir un esquema compacto que evitara que los rivales llegaran con facilidad al área. Lo consiguió. Y con creces. Hoy por hoy, el Sevilla es junto al Atlético el equipo menos goleado de Europa como local con sólo nueve tantos. Al hilo de este análisis aparece el Granada, curiosamente, el equipo más goleado de la categoría como visitante, con hasta 31 tantos en apenas 15 encuentros. Aunque Diego Martínez es un claro defensor del fútbol ordenado y apenas le gusta correr riesgos, el Granada no ha terminado de conseguir la estabilidad y es por ello por lo que ha cosechado algunos resultados abultados (el Atlético de Madrid le marcó seis, mientras que equipos como el Osasuna, el Huesca y el Celta le hicieron tres cada uno). En cualquier caso, y teniendo en cuenta que el nivel de exigencia del cuadro granadino ha subido esta campaña tras su grandísimo papel en la Liga Europa, todo lo que se pueda decir sobre Diego Martínez y sus jugadores deben ser cosas positivas. En sólo dos años el Granada ha pasado de ser un recién ascendido a un equipo muy respetado y valorado.

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