Sevilla - Salzburgo: Un rescate en medio de la tempestad (1-1)
El Sevilla sacó un punto en inferioridad numérica en un partido desquiciante, por los errores propios y por el criterio arbitral en las faltas

Vivió el Sevilla un debut en la Liga de Campeones tan tormentoso y gris como el estado de la meteorología en la propia capital hispalense. El equipo de Julen Lopetegui quiso salir a la calle corriendo, con prisas, sin coger ropa ... de agua para si le caía el chaparrón. Y vaya si le cayó, literal y metafóricamente. El conjunto sevillista pecó de precipitación durante gran parte del partido hasta que, curiosamente, sufrió la tonta expulsión de En-Nesyri , que le obligó a ordenarse, arroparse y controlar esfuerzos, algo que le sirvió para evitar que el Salzburgo, talento joven pero aún inexperto, se llevase más que un punto de Nervión, que vibró y apretó aun estando al sesenta por ciento de su capacidad. El duelo fue tormentoso en su concepto. Cuatro penaltis, tres en el área sevillista, un criterio demasiado inconsistente en las faltas y una precipitación que originaba muchos errores crearon un caldo de cultivo en el que podía ocurrir de todo. Eso sí, en igualdad de condiciones el partido sí podría ser para un Sevilla más sosegado, pero sólo la segunda amarilla de En-Nesyri logró que el conjunto de Lopetegui tomara el timón de una nave con camino a la deriva. Curiosa incongruencia, menos efectivos, más control. Al final, el empate es el mal menor de una cita que todos podían apuntar como una de las victorias a obtener en este grupo de Liga de Campeones en el que el Sevilla parte como favorito, porque también se lo ganó.
Julen Lopetegui no se inventó nada para el debut, ni siquiera con Ocampos recuperado, que sigue necesitando ritmo competitivo. El protagonismo del balón lo quería el Sevilla, pero las acciones de peligro las creaba el Salzburgo, siempre con el mismo final: un penalti. Porque sus tres primeros remates entre los tres palos fueron desde los once metros. Una pérdida de Suso acabó en un penalti de Diego Carlos sobre Adeyemi , que tuvo que corroborar el VAR que había sido sobre la línea, pero el delantero nigeriano lo mandó fuera. Tuvo una buena opción por después Papu Gómez , pero quiso picarla por encima de Köhn y no le salió bien. El conjunto de Lopetegui, empeñado en inmolarse, le daba una nueva opción de adelantarse a su rival con un tonto penalti de Jesús Navas sobre Adeyemi que, esta vez sí, Sucic convirtió en el 0-1. El gol incrementó el exceso de revoluciones de un equipo sevillista que, fruto de ello, volvió a cometer un tercer penalti, esta vez en un salida de Bono que atropelló al rápido y habilidoso Adeyemi. El propio marroquí lo arregló parándole el lanzamiento a Sucic.
La tarde iba de penaltis y, esta vez, tocó en el área austríaca. Un pase de Acuña a En-Nesyri era cortado en falta por Solet , pero el árbitro no consideró nada punible. El VAR le hizo revisar la acción y revertir su decisión. Rakitic lo convirtió antes de que se desatara la otra tormenta, la meteorológica, sobre la ciudad de Sevilla.
Ocampos y Delaney dejaron en el vestuario a Suso y Jordán, ambos bastante grises en su rendimiento. Pero decíamos que el Sevilla se empeñaba en autoperjudicarse y En-Nesyri, tras piscinazo en el área rival, veía la segunda amarilla y dejaba a su equipo con uno menos con 40 minutos por delante. El banquillo protestó que la segunda amarilla no debió mostrarse por un fuera de juego previo del propio marroquí.
Tuvo la suerte el Sevilla de que Solet falló una clarísima ocasión en un error de Bono que el central del Salzburgo, con la portería para él, mandó al Gol Norte. Lopetegui buscaba piernas frescas para presionar el juego rival y, de paso, intentar la heroica de encontrar una opción de plantarse ante Köhn. Rafa Mir probó la atención del portero con un cabezazo que atrapó el meta del Salzburgo. También la tuvo Lamela, en un remate de cabeza que se marchó cerca del poste. El graderío se encendía con el carácter de su equipo, más cerebral en inferioridad. Montiel entró para darle más frescura en los minutos finales, en los que Bono volvió a ser determinante con dos buenas paradas. Al final, la sensación de rescatar un punto bueno para el desarrollo del encuentro, pero malo a priori por el escenario y el rival. Ahora, en Wolfsburgo, buscará hacerlo más bueno.
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