La última final de Diego Alonso

Y ahí es dónde Diego Alonso tiene que interferir, puesto que la debilidad mental del colectivo provoca que cualquier contratiempo desbarate al grupo. El uruguayo tiene claro que para zanjar estas situaciones sus hombres tienen que «cuidar los detalles» y «ayudar más al compañero». El técnico se mostró satisfecho con los 60 minutos que hizo su grupo ante el PSV. No es para menos, puesto que el Sevilla FC salió con otra cara al terreno de juego, desplegando un juego serio y competitivo desde el primero momento. No obstante, el charrúa es consciente de que para obtener resultados, es necesario mantener los 90 minutos esa concentración. «Tenemos que refrendar lo que hicimos en Champions, trasladarlo a los 90 minutos. Hemos pagado con resultados los detalles, detalles que nos han costado caro. Debemos poder mantener la consistencia que necesitamos. Es una final para el Sevilla y yo soy parte. De esta manera lo tomamos, sabiendo que es importante para el club y lo tomo como una final», admitió Diego Alonso en la rueda de prensa previa a este duelo.

Y es que para el entrenador del Sevilla FC este duelo no es una final, es la final. Se trata del último duelo antes de la junta de accionistas, que llega en un clima de máxima tensión y que puede empeorar si el equipo vuelve a tropezar hoy en casa. Enfrente tendrá a un Villarreal que ha encauzado su camino a manos de Marcelino García Toral, que rechazó una oferta del Sevilla FC tras la destitución de José Luis Mendilibar. El asturiano ha conseguido tres victorias en sus primeros tres duelos (Copa, Liga y Europa League), un arranque que contrasta con los números anteriormente mencionados de Diego Alonso. No obstante, el cuadro castellón ha mostrado imprecisiones en todos estos duelos y todavía arrastra cierta debilidad que el Sevilla debe aprovechar.

Para este duelo que se disputa hoy en el Ramón Sánchez-Pizjuán, Marcelino cuenta con las bajas seguras de Yeremy, Sorloth, Denis Suárez y Mandi, además de la duda hasta última hora de jugadores como Capoue, Albiol y Foyth. Eso sí, el asturiano recupera al exazulgrana Ilias y celebra que Coquelin regresa a una convocatoria más de nueve meses después de su grave lesión.

Por su parte, Diego Alonso cuenta con la enfermería llena y algunas bajas de consideración por sanciones, como son los casos de los capitanes Sergio Ramos y Jesús Navas, expulsados en el último liguero choque contra la Real Sociedad. El Sevilla FC recurrió ambas sanciones, pero el TAD no le ha dado la razón en ninguno de los casos. De esta formas, los problemas del uruguayo se concentran en la defensa, sobre todo en su eje, teniendo en cuenta también que Loïc Badé, quien ya se perdió el partido ante el PSV del miércoles por una lesión en el sóleo, tampoco podrá jugar.

Ante esta situación, el entrenador del Sevilla tendrá que meditar bien cómo recompone esa parte fundamental del equipo ante tales ausencias de peso. Parece claro que el serbio Gudelj tiene en el centro de la defensa su sitio fijo contra el Villarreal. La incógnita está en elegir a su acompañante, el cual puede salir entre Nianzou o Gattoni, dos futbolistas muy poco utilizados este curso tanto por Mendilibar como por el propio Alonso. Otra solución para dicha demarcación sería la de Marcao, que ayer volvió a entrenarse con el grupo. El brasileño, en cualquier caso, lleva meses sin disputar un partido oficial. Está también el canterano Kike Salas, que ya actuó con Mendilibar tanto de central como de lateral. Además, el técnico uruguayo pierde a Nyland, Soumaré, Suso, Lamela y Mariano por problemas físicos. Aun así, Diego Alonso podrá contar con un once competitivo, con un En-Nesyri enchufado en la punta, y es que el marroquí ha visto puerta en cuatro de los último seis partidos. Estará acompañado de Ocampos y Lukebakio, que ante el PSV el belga volvió a transmitir mejores sensaciones.