La hermandad de la Lanzada, a principios de septiembre, suspendía la salida extraordinaria que tenía previsto realizar este 24 de octubre con el crucificado y la Virgen de Guía por el 425 aniversario fundacional, ya que la crisis sanitaria del Covid-19 imposibilitaba poder ver esta estampa por las calles de Sevilla.
Llegó ese día y la corporación no ha podido sacar a tres de sus titulares a la calle, pero sí ha celebrado la función conmemorativa en el interior de la iglesia de San Martín, una ceremonia que ha estado presidida por el padre Fernando E. Borrego Ojeda, párroco de Nuestra Señora de la Granada de Guillena y arcipreste de Itálica.
Una eucaristía que contó con la presencia del Cristo de la Lanzada, la Virgen de Guía y San Juan Evangelista, formando un calvario en el altar mayor de San Martín. La dolorosa, que fue restaurada hace unos meses por el profesor Miñarro, ya lució el terno de luto ante la cercana llegada del mes de noviembre. Asimismo, el montaje contó con dos banderas: La corporativa de la hermandad y la que lleva el símbolo de imperial, la única corporación sevillana que ostenta este título.
No habrá procesión porque la hermandad la suspendió, no ha sido una celebración multitudinaria, pero sí ha sido íntima, donde la Lanzada ha dado testimonio de sus más de cuatro siglos de historia en San Martín.