125 años de los armaos de la Macarena

Este domingo comienza el septenario de la Virgen de la Esperanza Macarena y, a partir de mañana y tras dos años de ausencia, los ‘Armaos’ volverán a ensayar y desfilar por el barrio junto a la banda de la Centuria Romana Macarena. Se trata de otro anuncio de lo que está por venir. Además, en un año de aniversarios porque se cumplen 125 desde que volvieron a acompañar al Señor de la Sentencia . Y desde aquel momento, no han fallado. Ni un Jueves Santo escoltando a los pasos, ni una tarde de esa jornada haciendo la ‘ronda’ y visitando desde hace años a los niños en el hospital Virgen Macarena o Virgen del Rocío, a cruzar la plaza de San Lorenzo para encontrarse con el Señor del Gran Poder o a hacer estación de penitencia durante la Madrugada y la mañana del Viernes Santo. Hay algunos datos que señalan que el origen de los ‘Armaos’ tuvo lugar en el siglo XVII, entre los años 1653 y 1657, iban vestidos a la milanesa y con armas alquiladas por la cofradía en los almacenes concejiles de Triana y la Alhóndiga, formando parte de la estética barroca. Desaparecieron un siglo después debido a las ideas de la Ilustración, época en la que la hermandad también estuvo a punto de extinguirse. Se salvó gracias a la fusión con la de la Virgen del Rosario.

Llegó el XIX y, sobre todo, Juan Manuel Rodríguez Ojeda . El bordador trabajó junto a otros cofrades para recuperar aquella centuria para el acompañamiento del paso del Señor de la Sentencia. Se encargaron cascos, corazas y resto de armamento al taller de herrería y lampistería de Bartolomé López, y las ‘enaguas’ a Josefa Rodríguez Ojeda. A partir de 1915 comienza una nueva etapa porque se arregló el vestuario, gracias a las aportaciones económicas efectuadas un año antes por Joselito ‘El Gallo’’ . Había una nueva ropa, la conocida como ‘de costilla’, rompiendo con la estética anacrónica y romántica de la centuria romana. Desapareció el mantolín que cubría el tronco del legionario, por unas corazas plateadas ceñidas al cuerpo. Las enagüetas pasan a ser de un único color para todos, el tinto, rematadas con flecos dorados por sus bordes. Así empieza a conformarse la imagen icónica de los ‘Armaos’ por un barrio y una ciudad que está en transformación de cara a la Exposición Iberoamericana de 1929. Las vestimentas de la centuria son, sólo un elemento más del trabajo incansable de Rodríguez Ojeda para transformar a la hermandad de la Macarena. A principios de los años 30, se consigue mentalizar a los componentes de que evitaran altercados, de que eran hermanos y no personal contratado. Hubo un comportamiento más responsable por parte de los integrantes y la corporación estimó la conveniencia de ampliar la composición a cincuenta y dos miembros.

Los ‘Armaos’ ya se convirtieron en un símbolo de la cofradía. Un personaje fundamental para unir a todos sus miembros eran los capitanes. Uno de los más importantes fue Antonio Ángel Franco ‘El Melli’ , que estuvo al frente desde el año 1953 hasta 1967. Reformó totalmente a la Centuria y conoció, en torno a finales de la década de los 50, cómo Jesús Domínguez confeccionó la que hoy es la vestimenta procesional que se conoce en la actualidad, inspirándose en la ropa de capitán, teniente y alférez que creara Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el año 1915. Desapareció la denominada ropa ‘de costilla', por la actual ‘de escamas’, introduciendo unas correas de cuero rematadas con una cabeza de león de plata, colgadas del borde inferior de las corazas.

Posteriormente, en la Madrugada de 1968, a Antonio Ángel Franco le sucede como capitán, José López ‘El Pelao’ , permaneciendo en el cargo durante 25 años, y junto a él, como teniente, José García García. ‘El Pelao’, llevó y defendió a la Centuria por doquier, y por su gestión es reconocida como uno de los pilares más importantes de la Semana Santa y de la cofradía. Los miembros aumentaron hasta llegar al centenar gracias al empeño de ‘El Pelao ‘ y al cariño que sentía hacia este colectivo el hermano mayor en aquellos momentos: José Luis de Pablo Romero y de la Cámara . Gracias a la gran popularidad de la Centuria, el número de aspirantes a formar parte de la misma aumentó considerablemente, permaneciendo a la espera varios años antes de entrar en la nómina de la misma.

Esta Madrugada del Viernes Santo volverán a desfilar por las calles de la ciudad tras los pasos del misterio del Señor de la Sentencia. Y en la tarde del Jueves Santo, los podrán buscar en el hospital con los ojos vidriados , llevando a la Virgen de la Esperanza por todos los rincones a los que haya que ir.