Amargura: La luz del Silencio en San Juan de la Palma

M. J. R. Rechi

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19/01/2022
Actualizado a las 23:26h.

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Entrar estos días en San Juan de la Palma es volver a tener ese cosquilleo en la barriga de lo que está por venir, de comenzar de nuevo a descontar días del calendario y de recuperar la ilusión pérdida en tiempos tan complicados.

Hace un año la ciudad estaba triste, el comercio cerraba a las seis de la tarde y antes de las once de la noche había que estar en casa. El casco antiguo se convertía al caer la tarde en un solar, tan solo existía esa luces encendidas en torno a Jesús del Silencio en al altar mayor de San Juan de la Palma y donde solo podía haber dos personas con banco, lo que producía ver una estampa desoladora.

Esta vez todo ha cambiado, hay vida en la calle y también en los cultos al Cristo de la hermandad, sin ninguna restricción, pudiendo acudir a misa a todos los hermanos y fieles que así lo deseen, arrancando un 2022 de esperanza con la Virgen de la Amargura en su antiguo retablo de la capilla sacramental, más cerca de lo habitual y donde nadie entra y nadie se va sin ir a admirarla.

Son los días del quinario a Jesús del Silencio , de tener al Señor presidiendo la iglesia y también de disfrutar de un ambientede barrio en esas mañanas íntimas donde los fieles acuden a visitar a las imágenes y de unas tardes de hermandad.

Una vez acabada la jornada laboral los hermanos de la Amargura antes de regresar a casa van a los cultos, o aquellos que hacen un paréntesis en sus estudios durante el rato del culto para acudir a la llamada del Señor, un instante que a su vez sirve para poder despejarse y desconectar de todo.

Es la semana del Cristo de la Amargura, despreciado por Herodes ante un silencio que nunca fue tan elocuente y aleccionador, y a los que veneran sus hermanos para poder superar cualquier tipo de adversidad.

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