Muerte de Carlos Amigo
El Buen Fin celebrará el 11 de mayo un funeral por el cardenal fray Carlos Amigo Vallejo
La hermandad honrará al cardenal, el cual tenía vinculación con la corporación del Miércoles Santo desde los años 70
Sevilla entierra a su cardenal tras un funeral digno de un príncipe de la Iglesia
Las imágenes de la misa de corpore in sepulto del cardenal Amigo Vallejo en la Catedral de Sevilla

La hermandad del Buen Fin celebrará una misa funeral el próximo 11 de mayo a las ocho y media de la tarde en memoria del cardenal fray Carlos Amigo Vallejo en la iglesia del convento de San Antonio de Padua. El cardenal tenía vinculación con la cofradía desde los años 70, mucho antes de ser arzobispo de la archidiócesis, y coronó a la Virgen de la Palma en 2005. La dolorosa la cual era considerada por el propio fray Carlos Amigo, «su devoción» , como llegó a reconocer el lluvioso Miércoles Santo de 2005 tras anunciar el hermano mayor la no realización de la estación de penitencia y él estaba presente dado que era costumbre que acompañara la cofradía cada año ocupando un lugar en la presidencia de los pasos. Otro de los acontecimientos más importantes en el Buen Fin, tuvo lugar en el año 2006, cuando Fray Carlos Amigo Vallejo, recibió la medalla de oro de la Hermandad, distinción que hasta la fecha solamente poseían 3 hermanos.
Tras ello, y con motivo del XXV aniversario de su llegada a la diócesis, el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla eligió al Santísimo Cristo del Buen Fin para que presidiese el tradicional vía crucis de las hermandades , que tiene lugar en la Catedral de Sevilla. Para el recuerdo, siempre le quedará a la Virgen de la Palma el primer pectoral del Cardenal , que fue un presente que él mismo quiso ofrecer a su Virgen.
La hermandad ha señalado en un comunicado que, «como parte de los franciscanos, intentamos entender la profunda espiritualidad de San Francisco , cuando próximo a su Buen Fin, decía esperar con la serenidad necesaria a su hermana la muerte, como así la llamaba, ese tránsito necesario y obligado hacia la Vida nueva, la Vida de la Resurrección».
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