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La Hiniesta: La semana del Cristo de la Buena Muerte
El crucificado preside estos días la parroquia de San Julián
La última semana de enero es la del Cristo de la Buena Muerte, la de renovar la devoción a uno de los iconos fundamentales en la vida de los hermanos de la Hiniesta y del barrio de San Julián.
El crucificado de Castillo Lastrucci , el primero que ejecutó y fue modelo de tantas obras nacidas posteriormente de su gubia, es la imagen que está en la cartera, en la mesa de noche, en el salón o el trabajo de cada miembro de la Hiniesta, la referencia del Señor de todos ellos es el Cristo de la Buena Muerte.
Por unos días la imagen ha abandonado esa hornacina lateral donde recibe las plegarias diarias de los fieles justo al lado de la capilla sacramenta y estar en lo más alto de la parroquia .
Son los cinco días en torno al Señor, de vivir en profunda comunión a Jesucristo y de haber sabido esperar ante tantas adversidades porque este próximo sábado el Cristo de la Buena Muerte será descendido del retablo mayor para recorrer la feligresía en vía crucis. Se convertirá en el primer culto externo de esta tipología de manera ordinaria en hacerse tras dos años.
Mientras tanto, San Julián está inmersa en los días preparatorios a la función solemne del domingo, pudiendo presenciar al Señor ante un auténtico monumento litúrgico. También habrá besapiés aunque sin contacto, pero quizás el momento esperado ocurrirá el sábado, con el crucificado en la calle, recorriendo enclaves únicos lleno de solemnidad. Así cerrará Sevilla el primer mes de 2022 , dando paso a uno nuevo y acortando la espera para lo más añorado por la ciudad.
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