REVISTA PASIÓN EN SEVILLA
La peculiar concesión del título de «fervorosa» a la Macarena
El fervor de las viudas de la posguerra provocaron la entrada de la cofradía a las tres y media de la tarde el Viernes Santo de 1942


Pasión en Sevilla rescata una historia olvidada: El Cardenal Segura retiró en 1942 el título de fervorosa a la Macarena por entrar a las tres y media de la tarde. Al parecer fue, paradójicamente, por el fervor de las madres y viudas de la guerra, que no la dejaban avanzar entre oraciones y lágrimas por sus familiares desaparecidos
La devoción por la Esperanza Macarena es incuestionable. Es, sin duda, uno de los pilares sobre los que se sostiene la ciudad de Sevilla. Como ocurre con el Señor, el Gran Poder, como volvimos a comprobar recientemente. No obstante, alguien que intentó además solucionar ya por 1942 los eternos problemas de la Madrugada, el cardenal Segura, puso en duda públicamente – y a su manera – el fervor por la Virgen de San Gil. Todo ello, en uno de los momentos en los que la Macarena aliviaba con su halo de esperanza. ¿Cómo?
Se trata de una historia muy olvidada que Pasión en Sevilla recuerda gracias a Raúl Tovar, en cuyas manos recayó la copia de un decreto del vicario general de entonces, y la información aportada por Santiago Álvarez, actual teniente de hermano mayor de la Macarena, sobre aquellos episodios.
En vísperas de la Semana Santa de 1942, el cardenal Segura dictó un decreto en el que disponía que, ante las denuncias recibidas por el comportamiento inapropiado de algunas cofradías , como el abandono de los pasos procesionales, sus movimientos inadecuados “simulando un baile” y la salida de los nazarenos de las filas para parar en “establecimientos de bebidas”, podría destituir a las juntas directivas de las hermandades que repitieran esas conductas. También aplicaría sanciones económicas e incluso suspendería la estación de penitencia.
Los Armaos regresan a San Gil junto a la muralla ante la mirada de los niños
Posguerra en la Macarena
La cofradía radicaba en la iglesia de la Anunciación desde el incendio intencionado de la parroquia de San Gil en julio de 1936. Por suerte, las imágenes se salvaron al estar escondidas. Pronto se iniciaron los trámites para construcción de un nuevo templo en la calle Bécquer, cuya primera piedra fue colocada por el cardenal Segura el Domingo de Resurrección de 1941, ante la Virgen en su paso. También se restauró San Gil, donde la cofradía regresó al año siguiente en la Madrugada del Viernes Santo. En la Semana Santa de las advertencias del cardenal…
La Macarena fue escondida en un cajón al inicio de la guerra y se salvó del incendio de San Gil
“En el año 1942, tres años después de la guerra, las viudas y las madres de las personas desaparecidas o fallecidas en el frente no dejaban avanzar a la Macarena durante la procesión”, recuerda Raúl Tovar que le contó Manuel González Labrador, primo de un miembro de aquella junta que presidía Francisco Bohórquez. “Aquellas mujeres pedían saber dónde estaban sus hijos, le gritaban, le lloraban a la Virgen”. Fervor por la Virgen, en definitiva, que Segura pronto retiraría sin embargo del título de la hermandad. ”Que la cofradía entrara a las tres y media de la tarde aquel Viernes Santo enfadó muchísimo al cardenal Segura”.
A finales de abril de ese año, la junta de gobierno recibe un oficio del Vicario General negando el traslado de la Virgen del Rosario desde la Anunciación a San Gil. Y le habían abierto un expediente a la hermandad . Más adelante, el 28 de junio, se debían celebrar elecciones, si bien el cabildo fue suspendido por el Vicario, quien entonces permitió el traslado de la imagen mariana, pero de forma privada. Todo esto sucedía mientras Bohórquez, aún hermano mayor, pasaba una prolongada estancia en Marruecos. A su regreso a Sevilla se entrevistó con el cardenal, a quien le manifestó su sorpresa por el expediente abierto. Comenzaba un intenso pulso hermandad – Arzobispado.
El decreto
Tardó el verano en llegar, pero fue demoledor. El cardenal cumplía con sus amenazas previas a la Semana Santa, y “qué mejor manera que dar ejemplo que con la Macarena”, sostiene Santiago. Con fecha de 15 de septiembre de 1942, por el temido decreto el Vicario General nombraba una Comisión Gestora para los siguientes cinco años “dado lo inveterado de los desórdenes que anualmente se cometen en la procesión de esta cofradía”. La presidiría Antonio Ollero. El documento incluía además una multa de 1.500 pesetas de la época que se destinarían “a obras de beneficencia de la Parroquia de San Gil”, la imposición de entrar en el templo “a las diez de la mañana como máximo” y el itinerario que debía efectuar, velando por el orden de la estación de penitencia, ya que de repetirse los desórdenes se suprimiría la procesión, y llegado el caso, se extinguiría la cofradía.
Pero lo que más llama la atención es la retirada del título de “Fervorosa” a la hermandad, un nombre “que ella misma se da, hasta que por su posterior actuación se haga digna de él” . No fue hasta el 26 de septiembre de 1944 como premio de Segura al esfuerzo de Domingo de la Torre, quien presidió la segunda y tercera Comisión Gestora, y los hermanos que le apoyaron. Hubo incluso una cuarta. La normalidad no llegó hasta el 10 de marzo de 1946, cuando Francisco Bohórquez volvió a ser elegido hermano mayor. Pero, como sabrá, en todo ese tiempo y después, dijeran lo que dijeran, el fervor, la fe, la devoción… o en una palabra, la Esperanza, siguió creciendo cada día. La Esperanza Macarena. Y así, hasta hoy. Menos, eso sí, que mañana.
Raúl Tovar recibió una copia del decreto de manos de Manuel González Labrador, primo de un miembro de la junta de Bohórquez
Raúl Tovar:
Hace unos 10 años.
Un señor tenía un primo que era miembro de junta entonces, por motivos de trabajo se va a Bilbao a trabajar y allí fallece.
El hijo revisa su archivo y aparece este documento.
Se lo manda a su entonces tío – Manuel González Labrador – quien lo llama para ser testigo de ese documento.
Coleccionista.
Quería que saliera a la luz.
“En el año 1942, tres años después de la guerra, las viudas y las madres de las personas desaparecidas o fallecidas en el frente no dejaban avanzar a la cofradía durante la procesión. Al Cardenal Segura que la Macarena entrara a las tres y media de la tarde le enfadó muchísimo. Le impone una sanción de 1.500 pesetas, le retira el título de fervorosa y pone una junta rectora”
“Aquello no trascendió.
“Era pedirle dónde estaban sus hijos, gritarle, llorarle… Manuel sí conocía bien aquello.
Las mujeres se ponían delante.
“Era todo lo contrario – retirarle el título de fervorosa –
Se enfrentó al régimen.
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