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Luis Ortiz, una figura fundamental para el impulso de la Semana Santa de Sevilla a mediados del siglo XX

Así es el estudio premiado por el Consejo de Cofradías en el que se analiza la vida y obra de unos de los cofrades más relevantes de la historia de la Semana Santa de Sevilla del siglo XX

J. C / ÁLVARO CABEZAS

El premio Jorge Bernales de investigación del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla ha recaído este año en el Doctor en Historia del Arte Álvaro Cabezas García por su estudio « El cofrade ejemplar de la Semana Santa de Sevilla. Luis Ortiz Muñoz y sus aportaciones a las hermandades y cofradías hispalenses». El galardón fue entregado este miércoles en un acto organizado por la entidad de San Gregorio en la Escuela de Teología de Sevilla.

La investigación completa (Álvaro Cábezas)

Pocos personajes como Luis Ortiz Muñoz (Sevilla, 14 de marzo de 1905 – Madrid, 14 de junio de 1975), aportaron tanto a las hermandades y cofradías de Sevilla en su conjunto durante el siglo XX. Desde la atalaya que consiguió ocupar en el organigrama político y administrativo del franquismo, manifestó su apoyo a las hermandades facilitando diseños de cosecha propia, promocionando artistas de confianza, reordenando y potenciando cortejos procesionales, organizando actos, y, sobre todo, propagando, como consumado publicista que era, las mejores virtudes de la fiesta sagrada a través de medios audiovisuales, escritos u orales que quedaron fijados como referencia indiscutible de algunos desarrollos de acciones similares llevadas a cabo después de su muerte y, en algunos casos, mantenidas aun hoy.

Luis Ortiz Muñoz

Aportaciones

Pregón de la Semana Santa de 1943: Contribuyó a instituir el pregón anual como se conoce hoy día tras las primeras experiencias “charlistas” de Federico García Sanchiz y José María Pemán. Visto con retrospectiva, su pregón tuvo muy poco que ver con los que se dieron con posterioridad, sino que lo utilizó para definir una teoría fija, una praxis natural y unas referencias taxativas con respecto a la fiesta. Fue calificado de profundo, sensible, cargado de conocimiento y sentido interpretativo. Quizá su mayor contribución literaria fuera la comparación entre el llanto femenino y la trilogía más representativa de las dolorosas de la Amargura, el Valle y la Macarena. Según esta metáfora, la Amargura, una mujer sevillana, personifica el momento más amargo del dolor, el comienzo del llanto, la Virgen del Valle muestra claramente la plenitud del mismo y, por último, la Macarena ya no llora, sino que esboza una tenue sonrisa delatando su satisfacción por haber superado el trance al presagiar la Resurrección de Cristo. Años más tarde, Carlos Colón Perales, en su pregón de la Semana Santa de 1996, ofreció una ligera variación sobre esta “trilogía del llanto”.

Intervino activamente en la organización de la exposición nacional de Artes Decorativas de Madrid de 1947 , dedicada a la Semana Santa de Sevilla. Por su mediación se consiguió que se expusieran el paso de palio de la Macarena, el manto de la Amargura, así como el Simpecado y las bocinas de esta hermandad, además de los faroles del paso del Gran Poder y los respiraderos de plata de Pasión, entre otros enseres.

Enseres de la Semana Santa de Sevilla en la exposición de Artes Decorativas celebrada en Madrid en 1947

Organización del Santo Entierro de 1948: Ortiz como subsecretario de Educación Popular libró una subvención de 45.000 pesetas con la que pudieron hacerse sesenta trajes de soldados romanos, que serían encarnados por miembros de la Milicias Universitarias. Aunque la edición del Santo Entierro Grande de ese año resultó un fracaso por causa de la lluvia (la mayoría de los pasos tuvieron que guarecerse en los templos de El Salvador, la Magdalena, la Anunciación y la Catedral), la rehabilitada corporación, entonces, del Viernes Santo, aprobó nombrar a Ortiz Muñoz hermano mayor honorario y siguió procesionando cada año, algo que antes solo hacía puntualmente.

Niños vestidos de ángeles con los elementos de La Pasión, en el cortejo del Santo Entierro
El paso de misterio del Señor de la Sentencia de la Macarena, en el Salvador, para el Santo Entierro Magno de 1948

El general Bohórquez lo incluyó dentro del equipo de personas encargadas del impulso de la construcción de la futura basílica de la Esperanza Macarena en 1949. Para alcanzar este fin entre 1948 y 1949 intervino semanalmente en una charla de Radio Nacional de España que se emitía para América del Sur, entre cuyos fines estaba la acumulación de fondos para la construcción del templo de la Macarena.

La Macarena, en su traslado a la Basílica de la Macarena en 1949 / LUIS ARENAS

La Hermandad de los Estudiantes , de la que Ortiz Muñoz fue hermano fundador, le nombró, también, hermano mayor honorario (en 1944), por las ayudas económicas prestadas desinteresadamente entre 1943 y 1945 y que contribuyeron a sufragar los gastos para la ejecución del paso de palio. De la misma manera, gracias a la mediación de Ortiz se consiguió la cesión definitiva de la imagen del Cristo de la Buena Muerte 1943.

El Cristo de la Buena Muerte en las misiones generales de 1965, presidiendo la Caseta de Feria del Círculo de Labradores

Como hermano de El Gran Poder comenzó muy pronto su colaboración con esta hermandad, para la que aportó sus propias ideas para insignias y otros objetos litúrgicos. Colaboró intensamente en 1961 en la construcción del nuevo templo y con este fin organizó una gran exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con fotografías de Arenas, siendo especialmente sobrecogedora la que mostraba al Señor en su camarín, que fue adornada con claveles y ofrendada con cirios y una sesión de diapositivas comentadas en un céntrico cine de la Gran Vía madrileña.

Exposición del Gran Poder en 1961

En todo ello contó con la solicitud y apoyo de Miguel Lasso de la Vega y Marañón, el hermano mayor de esos años, que le dio un trato preferente y quiso agradecerle sus esfuerzos nombrándolo teniente de hermano mayor regalándole un llamativo retablo de plata (de 36 x 22 cm), con el frontal del paso de Cristo presidido por un óvalo con el busto del Señor y un texto que rezaba: “Esta Pontificia y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos por acuerdo de cabildo general de 19 de febrero de 1961, nombró a su ilustre hermano, el Excmo. Sr. D. Luis Ortiz Muñoz, Teniente de Hermano Mayor Honorario, en reconocimiento de sus méritos. Sevilla 26 de marzo. Jueves Santo, 1964”.

El Señor del Gran Poder

Contribuyó en la organización, en 1950, de la Exposición Nacional de Escultura Religiosa Polícroma que se celebró en el Pabellón Mudéjar por el III Centenario de la muerte de Martínez Montañés.

Luis Ortiz Muñoz, junto al Papa Pío XII y el Embajador de España en la Santa Sede, Joaquín Jiménez en 1949

Para la Hermandad de la Amargura contribuyó a reconstruir las insignias perdidas durante la guerra gracias a los diseños de Cobos Soto , entre las que se encuentran en 1945 el banderín de San Juan Bautista, con la bandera blanca, con el simpecado en 1947, con el estandarte de 1949 y con la bandera pontificia de 1954. De la misma manera, pagó el juego de varas en 1944, al igual que los canastos y los incensarios.

Traslado al altar de septenario de la Amargura en los años 20

Con respecto al ajuar de las imágenes, en 1947 comenzó a costear la corona de la Virgen como particular y en 1950 diseñó la saya de la columna, con dibujo de Cobos Soto y bordados de Concepción Fernández del Toro. En 1951 costeó el cuerpo que Vasallo realizó para Nuestro Padre Jesús del Silencio, así como la túnica “persa” de Carrasquilla, realizada a medida de las nuevas dimensiones, al igual que los ángeles arrodillados junto a la Virgen, para los que tomó el modelo de los que flanquean el altar mayor de la parroquia de San Ginés de Madrid, que era la que correspondía con la feligresía de su domicilio en la capital de España. También se encargó de las potencias de los brillantes ejecutadas por García Armenta en 1951.

Las imágenes de la Amargura regresan desde el antiguo Hospital de Los Viejos hasta San Juan de la Palma tras la reforma de su templo en la Cuaresma de 1960

En otro orden de cosas, Luis Ortiz, valiéndose de sus múltiples contactos, organizó varios actos para recaudar fondos o ennoblecer la vida interna de la hermandad. Así, en 1943 se pudo organizar la Velá, a pesar de estar prohibido este formato por entonces, y en 1948 se formó la famosa Centuria Romana que acompañó al paso de Cristo. El esfuerzo realizado con los trámites para la coronación canónica de la Virgen en los años previos a 1954, justo en medio de las negociaciones de los propagandistas católicos del gobierno para la consecución de la firma del Concordato con la Santa Sede. Aunque él llevó todas estas pretensiones con encomiable discreción, quiso poner de manifiesto su propio sello cuando, en noviembre de aquel año, tan solo unas semanas antes del acto de la coronación, dispuso que la insignia de mayor calidad artística que él había promovido, el simpecado de la hermandad, fuera trasladada a Roma con ocasión de la proclamación dogmática de la Realeza de María.

La Virgen de la Amargura en el antiguo altar mayor de San Juan de la Palma

En torno a los eventos de la coronación canónica, el 17 de noviembre de 1954 dio en el Salón de Actos del Museo una conferencia con el título “La calle de la Amargura”, para preparar los ánimos de cara a la procesión de la jornada siguiente.

Cruz de guía de la Amargura

En 1956 se encontraba Luis Ortiz trabajando para conseguir fondos con el orfebre Manuel Seco Velasco, para la realización de la candelería del palio tomando como modelo los candeleros de la Custodia de la Catedral de Sevilla. También fue el autor intelectual de la reforma de la iglesia (1959-1960)) en la que se trajo el nuevo retablo de San Felipe de Carmona, se remodeló a la Inmaculada que lo presidía por parte de Francisco Buiza y se construyó una capilla baja tras el retablo.

La Virgen de la Amargura

Contribuciones literarias: Semana Santa en Sevilla (Madrid, 1947, reeditada en 1948), con fotografías de Arenas y prólogo de Romero Murube. Fue premiada por el Instituto Nacional del Libro y cosechó dos ediciones en vida. Casi sin solución de continuidad editó Sevilla en fiestas (1948). En 1973, Ortiz quizá donó el mejor regalo posible para Sevilla: la publicación de Sevilla Eterna, un título referencial para la historia de las cofradías, no superado aun ni en calidad literaria ni en imágenes seleccionadas. El libro obtuvo un gran éxito y fue, hasta ese el momento, el único de categoría sobre Sevilla traducido al inglés con pretensiones turísticas.

Programa de la Semana Santa de Sevilla editado por Luis Ortiz Muñoz

En el plano audiovisual realizó importantes aportaciones como los documentales Primavera en Sevilla, Vía Dolorosa (1947); Sevilla en oración y Sevilla Penitente (1957), que fue el primer documental del NO-DO en color sobre la Semana Santa de Sevilla. La dirección artística y los textos fueron escritos por Ortiz y la música fue adaptada por Salvador Ruiz de Luna. Supuso para aquellos años un hito y se utilizó para la difusión de la Semana Santa en el exterior, especialmente en Iberoamérica.

La Virgen de la Amargura en 1954 por su coronación canónica

En el terreno de los discos, fue director de la Editora PAX, donde editó “el ofrendado a la Virgen de la Amargura, a la vez, que como homenaje al autor de la bellísima marcha” en 1961. Además, publicó los primeros discos de marchas de Semana Santa. La serie de antologías comenzaba los de marchas, saetas y reportajes de la salida del Gran Poder y Macarena. Posteriormente se vendieron otros dos con nuevas marchas y finalmente Sevilla nazarena. Breviario sonoro de la Semana Santa sevillana con textos y dirección artística de Ortiz. Con formato de disco pequeño se editó La Macarena en la calle (con dos únicas pistas, la primera dedicada a la salida y la segunda a la entrada, con voz de Teófilo Martínez y la grabación de la legendaria saeta de Marta Serrano en la calle Parras), y el de los Armaos de la Macarena.

Libro de las Fiestas de la Primavera editado por Luis Ortiz Muñoz

El investigador

Álvaro Cabezas García (Sevilla, 1984) es profesor de Enseñanza Secundaria y Bachillerato y ha impartido docencia en las universidades Pablo de Olavide (2010-2012), Universidad de Córdoba (2016) y en el Centro Universitario EUSA, adscrito a la Universidad de Sevilla (2016-2017), y participado en encuentros y eventos científicos en el Museo Nacional del Prado, y en las universidades de Santiago de Compostela, Complutense de Madrid, Barcelona, Murcia, Málaga, Granada, Almería, Huelva, UNED, Nova de Lisboa o de Buenos Aires. Su principal línea de investigación es el estudio de la pintura sevillana y, sobre esa temática giran sus monografías Vicente Alanís (1730-1807) (Diputación de Sevilla, 2011), Gusto orientado y fiesta pública en Sevilla (Estípite Ediciones, 2012) y Teoría del gusto y práctica de la pintura en Sevilla (1749-1835) (Ayuntamiento de Sevilla, 2015), y varios artículos en revistas especializadas como Archivo hispalense, Laboratorio de arte, Boletín de arte, Atrio, Revista de humanidades o Anuario de estudios atlánticos, entre otras.

Sobre la religiosidad y las hermandades y cofradías de Sevilla ha aportado las siguientes publicaciones: “La importancia de Nuestra Señora de las Penas dentro de la unidad estética y expresiva del misterio del Traslado al Sepulcro” (Boletín de las cofradías, nº 587, 2008) y “José Bermejo en la Hermandad de la Amargura” (Boletín de las cofradías, nº 655, 2013) (ambos en colaboración con Francisco J. Segura Márquez);  “Devoción, estética y remedio: rogativas en Sevilla por la epidemia de 1800” (Arte y patrimonio, nº 3, 2018) y ha escrito capítulos de los libros Amargura: la Hermandad de San Juan de la Palma (2008), Amor (1618-2018) (2018); Pasión. Historia y patrimonio artístico (2019) y La Hermandad de Nuestra Señora del Juncal (1968-2018) (2019), además de coordinar el catálogo de la exposición Amarguras, 100 años de la reinvención regionalista de Sevilla (2019). Igualmente ha participado en las ediciones de 2009, 2012, 2017 y 2019 del Simposio sobre Hermandades de Sevilla y su provincia dirigido por el profesor Roda Peña tratando aspectos tales como las rogativas, la arquitectura de los templos, la pintura o la promoción artística en el seno de las cofradías hispalenses. Junto con el profesor Martínez Lara realizó los inventarios artísticos de Santa Cruz (2014) y San Esteban (2015), y ha escrito para boletines o impartido conferencias en las hermandades de La Misión, La Amargura, Santa Cruz, El Buen Fin, La O, Sacramental de la Magdalena, Madre de Dios del Rosario Patrona de Capataces y Costaleros y en la Hermandad Sacramental Misericordia de San Fernando.

Hermano de La Amargura, El Silencio, La Macarena, La Quinta Angustia y Sacramental de la Magdalena.

Recuerdo del Gran Poder a Luis Ortiz Muñoz, teniente de hermano mayor honorario
Título de Cofrade Ejemplar otorgado por el Consejo de Cofradías

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