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Conservación

Así regresa al culto el Cristo del Descendimiento de la Quinta Angustia tras su restauración

La imagen ha vuelto a la Magdalena tras cinco meses de intervención que le han devuelto sus colores pálidos del barroco

El Cristo del Descendimiento de la Quinta Angustia tras la restauración Roberto Pardo
Javier Comas

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La hermandad de la Quinta Angustia ha repuesto al culto al Cristo del Descendimiento tras cinco intensos meses de restauración. El 18 de agosto la imagen fue retirada de la parroquia de la Magdalena para ser trasladada al taller de Esperanza Fernández Cañero donde ha permanecido hasta este 26 de febrero.

La intervención ha devuelto los brillos originales del barroco a esta imagen atribuida al taller de Pedro Roldán . Por otro lado, la restauración ha reforzado estructuralmente a la imagen , al igual que ha servido para fijar la policromía que presentaba algunas deficiencias según el informe de la restauradora presentado a principios de 2020. Estos trabajos también han destacado por la importante limpieza superficial sobre la talla que arrastraba suciedad desde la última restauración acometida por los Hermanos Cruz Solís en 1984.

Lo más destacado de la restauración estará en la riqueza de matices que ha recuperado esta talla cumbre del barroco sevillano. Limpieza que ha llevado a recuperar el paño de pureza original que, presumiblemente, los talleres de Roldán dieron forma con restos de sangre que pueden verse en cada pliegue de esta imagen que regresa a su mejor pasado de la mano de una intervención de carácter científico.

Esta talla volverá a completar el conjunto barroco que forma junto con su misterio en la capilla que esta corporación del Jueves Santo en la Magdalena. Imagen que volverá a presidir el imponente quinario que cada año la hermandad instala en el altar mayor de este templo y que este año se celebrará entre los días 15 al 20 de marzo.

El Cristo de la Quinta Angustia tras la restauración Roberto Pardo

Imagen

Atribuida con total seguridad al escultor Pedro Roldán, que debió de realizarla hacia 1659, año en que el mismo artista estaba trabajando para la decoración escultórica del paso de la hermandad , es una de las tallas más notables de la Semana Santa de Sevilla.

De 164 centímetros de altura es el centro de uno de los conjuntos barrocos más sobrecogedores de la imaginería española. Su autoría a Roldán lo lleva a similitudes con los cristos de los retablos del Sagrario y la Caridad. Influencias en la talla que también pudo apreciar el autor con el Cristo del Descendimiento de Pedro de Campaña, pintura sobre tabla de 1548 conservada en la sacristía mayor de la Catedral de Sevilla y pudo apreciar el propio Roldán cuando la hermandad se ubicaba en la antigua parroquia de Santa Cruz.

Las manchas de sangre que se han recuperado en el paño de pureza Roberto Pardo

Su anatomía denota el estudio de los cadáveres por parte del autor, elementos que saldrán aún más a la luz cuando la imagen regrese totalmente restaurada a la iglesia de la Magdalena a finales de 2020.

Del mismo modo, la hermandad culminará un trabajo que se inició con la realización de la nueva cruz de José María Leal en 2019 y la reforma del mecanismo de elevación de la misma que será perfeccionado para esta Semana Santa.

El Cristo, ya junto al resto de figuras del misterio en la capilla de la hermandad Roberto Pardo

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