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Patrimonio

Sacan a subasta una desconocida pintura de la Virgen de la Antigua y Siete Dolores

El cuadro, fechado a finales del siglo XVII, presenta a la dolorosa de la parroquia de la Magdalena que fue uno de los epicentros devocionales de la Sevilla del Siglo de Oro

Virgen de la Antigua y Siete Dolores en un ciuadro del siglo XVII que saldrá a subasta en Madrid Alabarte
Javier Comas

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La casa de subastas madrileña Abalarte saca a la luz un desconocido cuadro de la Virgen de la Antigua y Siete Dolores de la parroquia de la Magdalena. La pintura, enmarcada en el siglo XVII por la propia casa, saldrá al mercado en una puja que se cerrará los días 18 y 19 de mayo.

De autor anónimo, esta representación de la dolorosa que perteneció a la gran hermandad de Sevilla en el Siglo de Oro, deja a las claras la importancia por entonces de una corporación, ahora extinguida , que daba culto a una de las devociones más importantes de la ciudad en el siglo XVII.

La Antigua y Siete Dolores

Esta imagen ha copado ríos de tinta en los libros de historia de Sevilla. Arrodillada y en actitud aflictiva, la imagen está atribuida por algunos a Roldán y por otros a Ocampo . Fue titular de una hermandad a la que pertenecieron los Reyes Felipe II y Felipe III y que hacía estación a la Catedral el Jueves Santo, visitando el Monumento y la Capilla de la Virgen de la Antigua.

Procesionaba bajo el actual palio que posee la hermandad del Valle y acompañaba al otro titular de la cofradía, el ahora Señor de la Salud de la Candelaria. Su capilla era la actual de Montserrat .

Pintura de la Antigua y Siete Dolores, a subasta Alabarte

De su iconografía destaca los siete grandes puñales rematados con sendas tarjetas alegóricas que representan cada dolor de la Virgen , elementos que reproduce este cuadro a subasta.

Como detalle, procesionó en las Semanas Santas de 1921 y 1922 a los pies del Cristo de las Misericordias de Santa Cru z y fue restaurada por el IAPH en 1998. Ahora recibe culto en una de las capillas de la parroquia de la Magdalena como recuerdo de su pasado plagado de factos devocionales.

La hermandad

Sus raíces están en el convento dominico de San Pablo en el siglo XVI lugar en el que sigue estando, ahora parroquia de la Magdalena. Esa unión aparece reflejada en la pintura a subastar, donde destaca en la peana de la dolorosa el escudo de la orden.

En 1597 se fusionan las hermandades de la Antigua y los Siete Dolores y Compasión de Nuestra Señora, procedente del Convento de Santo Domingo de Portaceli.

La cuota devocional de esta imagen se demuestra con sus salidas en rogativas en 1680 y 1736 por falta de lluvias y en 1706 por la guerra entre España y Austria. En 1699, la hermandad escritura un terreno en el compás del Convento de San Pablo que correspondía a un viejo patio de caballerizas de los dominicos. Entre 1704 y 1710, el arquitecto Leonardo de Figueroa construye su capilla en propiedad, siendo su portada atribuida a Matías José de Figueroa o bien a Diego Antonio Díaz. Elementos que aún se conservan

Detalle del escudo dominico en el cuadro a subastar de la Antigua y Siete Dolores Alabarte

Las desavenecias del tiempo y declive de la hermandad provocan que en 1766 salga por última vez hasta llegar el caso de tener que vender sus pasos, comprándolos la hermandad de la Coronación de Espinas (El Valle). Tras su posterior extinción, las imágenes pasan a ser propiedad de la parroquia de La Magdalena en 1826.

Posteriormente, cuando la primitiva parroquia de la María Magdalena -ahora plaza- fue derruida por los franceses en 1811, la hermandad sacramental se trasladó a la capilla de la Antigua y Siete Dolores, hasta que en 1851 se instaló en el actual templo , antiguo convento de San Pablo.

La Antigua y Siete Dolores, con las espadas y cartelas que labró Marmolejo a semejanza de un grabado de 1668 ABC

El Nazareno pasó a formar parte con el tiempo de la nueva hermandad de la Candelaria que se fundó en San Nicolás en 1921. El antiguo crucificado de la corporación, el otro titular cristífero de esta hermandad, fue utilizado en 1850 por La Lanzada . En 1920, Santa Cruz logró la cesión de la dolorosa para aquel Martes Santo. En 1930, el derribo de la antigua capilla de Montserrat para construir el ensanche de la calle San Pablo hizo que la corporación del Viernes Santo se trasladara a la Magdalena. En 1939, Montserrat se va definitivamente a su actual sede, la capilla que aquella poderosa hermandad de la Antigua y Siete Dolores levantó en el siglo XVIII. Ahora, pinturas como estas son algunos de los pocos testigos de la devoción que esta imagen alcanzó en una Sevilla que vivía sus años de esplendor del barroco.

Pintura de la Antigua y Siete Dolores en la fachada de la actual capilla de Montserrat Framuru

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