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ARTE

«Sevilla es color, asimetría, diversidad y libertad»

Entrevista con el artista de Cantillana David Payán

Manuel Jesús Roldán

Acaba de presentar el cartel del Rosario de Benacazón y lo hace directamente con la obra, diagonales y contundentes colores planos, sin discurso largo. Así piensa David Payán

-¿Abusamos de las explicaciones en los carteles?

Sí lo creo, es más, pienso que no hay que explicarlo todo. Pero hay que hacer una presentación y te piden la palabra. A mí me gusta que el público se plantee el porqué de los elementos de un cartel, no dárselo todo hecho.

-Diseña las pastas de la Exaltación de la Cruz en Aznalcóllar y sorprende con una propuesta de vanguardia, fuera de todo canon. ¿Podrían ser este tipo de obras, libros de reglas, insignias… una vía para la introducción de nuevas vías artísticas en el mundo de las hermandades?

Nos centramos quizás, demasiado, en la cartelería, pero hay otros formatos a los que llevar nuevas propuestas artísticas. En este caso unas pastas a las que llevo el formato de un lienzo, tuve que adaptar un formato grande a un formato más reducido. Puede ser un camino para la innovación, que puede llegar en todos los campos, siempre hay que arriesgar… y se puede será alabado o criticado.

David Payán

-Recientemente ha participado en la exposición Navegantes, en la casa de la Columnas de Triana. Sorprendía una foto de autores ante sus obras, condesadas en una pequeña pared: Naranjo, Díaz Arnido, Rafael Laureano, Santi León, Casamitjana, Daroal… ¿Grandes nombre para espacios pequeños? ¿Seguimos sin espacio para la creación en Sevilla?

La verdad es que sigue habiendo pocos espacios, muchas veces son pequeños y muy condicionados por los contactos para poder exponer. Es complicada la exposición para el creador actual. La exposición de Navegantes ha sido un ejemplo de artistas de muy buen nivel en un centro cívico, se ha hecho en un espacio pequeño lo que se podía haber hecho en un espacio mayor. Las galerías son otro mundo, tienen un catálogo cerrado desde hace mucho tiempo. He conocido galerías en las que cualquier ofrecimiento de obra prácticamente no se mira, son espacios cerrados. Los concursos de creación joven son quizás los que aportan una mayor facilidad de acceso.

Cartel del Rosario de Benacazón, por David Payán

-Ha pintado el Cachorro en un impactante blanco y negro sobre un fondo de atrevido color, una estética calificada por algunos como “urbana” ¿Hemos asimilado en Sevilla, pensamos en el cartel de Málaga, estéticas contemporáneas como la del grafitti?

Podríamos incluir el grafitti, claro, pero una parte de la ciudad no lo aceptaría. Pero así es el Arte. A todo el mundo no tiene porqué gustarle. Nunca lloverá a gusto de todos. Sí sería recomendable una mayor variedad, en la variedad está la riqueza. No salimos de un realismo kitsch o de un realismo mágico muy asentado. Hay que educar el ojo del espectador. Con el tiempo se acostumbraría a ver cosas nuevas, a ver cosas diferentes. Es muy importante enseñar que todo no es realismo, hay otras corrientes que llegan al mismo lugar y a ellas se llegan viendo, educando al espectador. Y para eso hay que dar oportunidades.

Pastas de la exaltación de la Cruz de Aznalcóllar, por David Payán

-“Aunque expire, de nuevo inspiraré… Así sentenciaba su obra. ¿Cuál es la fuente de inspiración de David Payán?

Pinto muchos según mis circunstancias y mi momento. Cuando no son encargos, vuelco en la pintura todo lo bueno o lo malo que me esté pasando. Soy callado, hablo más a través de la pintura.

Cachorro, por David Payán

-Ha pintado a la Macarena entre una explosión de colores irreales. Los primeros vanguardistas que alteraron el color, hace ya más de un siglo, fueron llamados fauvistas, “fieras” ¿Su obra está asimilada o es la porción de vanguardia admitida en una ciudad conservadora?

Mi pintura no es del gusto de todo el mundo. Quizás no llegue con la misma facilidad que otra pintura más tradicional, pero eso me hace esforzarme, buscar nuevas vías. Trabajo día a día, disfrutando del trabajo cotidiano. No es una pintura fácil, especialmente la relacionada con el tema sacro, pero me contenta la creación final, no el número de personas a la que llegue.

Esperanza Macarena, por David Payán

-Después del cartel de Juan Miguel Sánchez ¿Cuáles han sido las principales aportaciones a la iconografía de la Macarena?

Se han hecho grandes interpretaciones de la Macarena como icono. Especialmente Maireles y, recientemente, Manolo Cuervo, su cartel es maravilloso, publicitario, bien explotado. También el de Ricardo Suárez.

Gran Poder, por David Payán

-Su excelente Gran Poder es una mezcla de siluetas en un mar de colores casi abstracto que, aún así, mantiene la fuerza expresiva del Señor…

Es una obra fruto de un lío interior, un momento de ánimo bajo que se volcó en la pintura. Hubo quien lo entendió con un toque siniestro, que daba angustia… No era mi intención. Ricardo Gil decía que era una impresión del que ve al Gran Poder por primera vez, sensaciones opuestas en un mismo plano… Yo quería representar algo del caos, mi caos personal en ese momento, creo que se simboliza en esta pintura, una especie de caos ordenado. De hecho, el proceso de mis obras es así. Parto de un boceto, voy por partes y, poco a poco, voy superponiendo elementos. Quien vea el proceso al principio pensará que la creación es un caos. Pronto las piezas van encajando y las voy trasladando al cuadro. Un caos por ordenar.

Sevilla, por David Payán

-Ha dibujado a Sevilla como a un concepto en el que aparece la silueta de la Giralda, de unas mariquillas o de un arco… ¿Cuál es su concepto estético de la ciudad?

Sevilla es color, asimetría, diversidad y libertad. Cuatro ideas. Aunque haya corrientes cerradas y gente encorsetada, creo que la realidad es mucho más abierta

Silencio, por David Payán

-Ha pintado al Nazareno del Silencio… ¿De qué color es el Silencio?

La obra tiene una historia personal muy profunda para mí. La obra se hace cuando fallece mi hermano pequeño. Yo expresé el silencio y los silencios de casa a partir de la obra. Cuando colgué la obra sólo apunté esa idea. ¿De qué color es el silencio? Es lo que había en mi casa en aquel momento. Realmente, yo me expreso a través de la pintura. En el silencio caben todos los colores, todas las emociones… Hay silencios buenos, silencios más tristes…

Cristo del Museo, por David Payán

-“Expire” es una sensacional mancha de color en la que se representa al Cristo del Museo. En la histórica dualidad entre primacía del dibujo o del color ¿Abusa Sevilla del dibujo, de la pincelada cerrada?

Tendemos a una pincelada muy estudiada, en general hay poca improvisación. Expire surge de un fondo negro con textura, algo que suelo emplear poco, comencé a amontonar estuco sobre la superficie y fue saliendo la figura del Cristo del Museo, a partir del trabajo con la espátula, luego añadí el color que es acrílico, la textura es estuco en gran cantidad, con relieve. El movimiento ascendente del Cristo del Museo fue surgiendo sin premeditación.

-“El color precede a las palabras y antecede a la civilización…” Así presentabas tu interpretación del Cristo de las Penas de la Estrella ¿Qué es el color para David Payán?

La pintura es color y el color es la pintura. Veo el color en todas partes, para mí es algo imprescindible en el día a día. Cualquier objeto cotidiano lo imagino con colores diferentes o le doy vueltas a variaciones sobre su color…

Misterio de los Servitas, por David Payán

-Ha pintado hermandades que, quizás, vinculamos al negro, Soledad de Cantillana o los Servitas, compaginando el color con el blanco y negro. ¿Cómo se pueden compaginar?

Nuestra cultura asocia al negro con determinados conceptos. Pero siempre es bueno dar un paso más allá, desde el respeto se pueden romper esas barreras del “esto siempre ha sido así porque sí”. Mis representaciones plasman a las imágenes como yo las veo en mi interior. Sé que algunas han sido menos entendidas, caso de la interpretación de los Servitas.

Virgen de los Reyes, por David Payán

-La Virgen de los Reyes puede ser, así lo has representado, pura geometría…

Es una estructura de madera. Luego vino el color

-Y qué geometría le ves a Sevilla

Sin duda, predominarían las líneas diagonales

Pastora de Cantillana, por David Payán

-¿Se triunfa por valía o por relaciones personales?

Desgraciadamente, en muchas ocasiones las relaciones pesan más que el talento. Quien tiene contactos tiene más camino ganado, pero eso es algo que ha pasado siempre. La situación del artista actual no es fácil, pero nunca lo fue. Con todas sus limitaciones, las redes sociales son una forma de llegar a un mayor número de personas. Tienen un peligro, el público se acostumbra a ver las obras en la pantalla de un móvil y no de forma física. La pintura hay que respirarla y en las pantallas se acaban viendo iguales, nos acabamos convirtiendo en iconos de móvil que no llegan más allá, que no se sienten.

-Cuando se habla de Cantillana siempre pensamos en Ocaña, un artista creador, libre, transgresor hace ya muchas décadas…

Sí, en algunos aspectos sí. En el plano artístico por supuesto que sí. Los artistas entonces eran más valientes, más arriesgados, optaban más por temas sociales que ahora. Quizás ahora estamos un poco acomodados con las redes. Es cierto que ahora estamos más expuestos, antes se arriesgaba más, pero llegaba a menos público. Ahora hay quizás un mayor reparo o miedo. Yo viví, siendo muy pequeño, la Expo, y pienso que aquel año se hicieron propuestas y exposiciones que ahora no se harían. Diseño, exposiciones…eran el reflejo de una cultura abierta que ahora se puede echar en falta.

Talento no le falta al joven pintor de Cantillana. Nos habla de proyectos, de exposiciones, de encargos… Una proyección más que asegurada.

Expo 92, por David Payán

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