Imaginería
Así es el último gran crucificado de Miñarro
Se trata del Cristo de la Expiación, encargo de la Casa Espiritual de la Gran Promesa del Sagrado Corazón de Valladolid, que armoniza el rigor científico de la Sábana Santa y el valor devocional y estético de la Escuela Castellana

Estos meses de pandemia y confinamiento han sido especialmente intensos en el taller de la calle Viriato. Allí, el imaginero Juan Manuel Miñarro ha pasado las horas tallando su último gran crucificado de la serie iniciada hace once años con el Cristo de la Universidad de la hermandad Universitaria de Córdoba tras los estudios forenses y científicos de la Síndone o Sábana Santa . Es el Cristo de la Expiación , un encargo de la Casa Espiritual de la Gran Promesa del Sagrado Corazón de Valladolid, con un homenaje implícito de Sevilla a la Escuela Castellana de crucificados, alcanzando así «una armonía entre el rigor sindónico y el valor devocional y estético».
La imagen, realizada en madera de cedro y a tamaño natural (1,70 de altura), está ya finalizada en madera y estuco a la espera de ser sometida en los próximos días al proceso final de policromía . «Este encargo se hizo hace dos años, en 2019, coincidiendo con el centenario de la consagración de la devoción en España al Sagrado Corazón de Jesús. La Casa Espiritual de la Gran Promesa del Sagrado Corazón de Valladolid, que tiene un edificio y una iglesia en el centro de la ciudad, visitó el taller y vio al crucificado de Miami, que le gustó mucho y cerró el contrato».
Desde entonces Miñarro ha ido moldeando esta imagen de Cristo muerto en la cruz, que presenta unas líneas estéticas y características concretas: «Lógicamente tiene influencias de los estudios de la Sábana Santa, siguiendo la línea naturalista y cientifísta de mi última etapa. Así, al igual que el crucificado de Miami , presenta en su espalda el orificio de salida provocado por la lanza. Los estudios del sudario constatan que hubo un orificio de salida posterior derecha de la espalda, entre borde interno del omóplato y la séptima cervical, una herida post mortem con sangre procedente de las cavidades internas».
Pero, no obstante, «no es una imagen cien por cien sindónica» sino «más libre» en su concepción y con novedades dentro de la producción de este imaginero sevillano. «Realmente pocos de mis crucificados, más bien es la primera vez, que en el desplome post mortem del cuerpo, la cabeza no está inclinada a la derecha como es habitual en otras obras. Se presenta sin inclinación, alineada con el eje sagital del cuerpo».
Este detalle de la no inclinación de cabeza encierra una explicación directamente relacionada con el lugar donde se venerará la imagen en el futuro. «Es un homenaje de Sevilla a la Escuela Castellana y a la figura del escultor Gregorio Fernández , con un rostro sereno sin edemas ni inflamaciones o deformaciones causadas por la Pasión; y con la cabeza inclinada hacia abajo y al centro».
Convivencia en el taller con el Cristo de Miami
Este Cristo de la Expiación, que «expía de los pecados a través de su muerte en la cruz», mantendrá igualmente el acabado de imágenes propio de esta última etapa de Miñarro. «Recibirá una policromía en relieve, con procedimientos para hacer una encarnadura compuesta ‘a paleta’ para una verídica representación de las heridas y los regueros de sangre, otorgándoles textura y volumen». Es lo que el propio artista ha bautizado como «policromía en 3D».
La pandemia ha impedido que los integrantes de la comunidad vallisoletana hayan podido realizar visitas para un seguimiento cercano del proceso. Aun así han estado al tanto de la evolución del mismo, a través de fotos enviadas vía whatsapp. Sin embargo, está prevista una visita al taller sevillano, en concreto este sábado, para conocer el resultado final. «La entrega está pactada para esta Cuaresma. A ver, cómo se hará, dependerá de las circunstancias del momento porque la congregación quiere hacer una bendición y presentación espléndida en Valladolid», concluye Miñarro, que asegura que el paño de pureza de este crucificado será «más calado» y «más fino» de lo habitual, hasta el punto que «parecerá de tela encolado».
Este cristo para Valladolid convive estos días con el ya conocido como crucificado de Miami, para la hermandad de la Macarena de la parroquia del Corpus Christi de Miami . Lleva un año terminado pero la pandemia ha retrasado su entrega. Ahora, tras ser montado en la cruz, irá esta Cuaresma a la exposición de artesanos del Ayuntamiento de Sevilla, donde se presentará oficialmente a la ciudad antes de poner rumbo allende el Atlántico.
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