Como asoma el silencio que adelanta
Su Silencio, como grita la ausencia
en la sombra vacía y la presencia
del Poder se eterniza, como aguanta
la verdad el azul, como decanta
el reloj el amor con la cadencia
de la muerte, como va la impaciencia
con espinas sin sangre, como planta
el otoño esta luz en la maceta,
como suena la voz del nuevo ciego
en la torre más alta, como aprieta
el caudal del tiempo, como humilla
la cabeza el naranjo con su ruego…
Así anda el Gran Poder: como Sevilla.

El Señor del Gran Poder, en la misa de su cuarto centenario / JUAN FLORES
Los andares
Por Alberto García Reyes
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