La organización de la Semana Santa es un asunto complicado, complejo y lleno de pequeños detalles que son, precisamente, los que hacen que esta celebración sea popular.
Todas las hermandades que ponen una cofradÃa en la calle son el resultado de un esfuerzo colectivo, de un mimo y cuidado que se ha aprendido en las casas, en las noches de hermandad y en esas iglesias en las que hace muchÃsimo más frÃo que si se estuviera trabajando a la intemperie.
Y los ritos son importantes, ¿hay algo que guste más a un sevillano que un rito?, se repiten escrupulosamente año a año y cada vez son más abiertos, menos Ãntimos. ¿Es bueno? ¿malo?
Antes, ibas por la calle y te encontrabas una cuadrilla de costaleros ensayando. Ahora, vienen los dÃas de igualá, ensayo y mudá de los pasos anunciadas hasta en los boletines. ¡Y no hablemos de las redes sociales!
Hay casi un programa alternativo que lleva a los más jartibles a ir de ensayo en ensayo buscando tal o cual paso. MuchÃsimo más púbicos se congrega si el ensayo es por un nuevo recorrido o  para verificar si cabe el paso en la vuelta de una esquina.
Pero la esencia se mantiene. Y no porque lo veamos con un tono romántico sino porque realmente se palpa en la calle. La esencia es ese chaval joven,  Carlos, que ha ido este año por primera vez a la igualá del pasocristo a ver si puede salir.
Se queda fuera, es muy joven y hay muchos aspirantes, pero ya sabe cuál es su trabajadera y cuál será su sitio en el futuro. A pesar de su impaciencia adolescente, sabe que en este caso no hay prisa porque ya tiene su lugar reservado. Y le llegará el turno.
Igual que el que, por primera vez, pasa una noche entera de Viernes de Dolores dentro de la iglesia ayudando a montar el paso y a fundir la cera.
Este año le ha tocado ordenar las manoletinas que llevan todos los acólitos de la cofradÃa por parejas, limpiarlas y dejarlas convenientemente dispuestas para que el dÃa de la cofradÃa no haya errores. Son más de cincuenta pares.
Es lo peor que te puede tocar pero también el que ahora está encima del paso y lleva entre sus manos a la Virgen estuvo encargado de esa noble tarea y lo mira desde allà con una media sonrisa.
Una sonrisa que transmite ilusión, importancia y también nostalgia por cuánto le queda por vivir.