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patrimonio de la humanidad

Los campaneros de Utrera buscan la gloria

Tras la «bandera de Andalucía» que les otorgó la Junta, emprenden una campaña para que los reconozca la Unesco

Los campaneros de Utrera buscan la gloria rocío ruz

alberto flores

Ser campanero en Utrera no es cualquier cosa, es algo que corre por la sangre, que se aprende desde muy joven, porque se necesita mucha valentía para subir a las espigadas torres y poner en marcha los toques de campanas que durante siglos han resonado en las calles de la localidad. Juan Carlos Moreno es presidente de la asociación de campaneros de Utrera desde el año 2004, momento en el que sucedió en el cargo al tristemente desaparecido Pepe Cela, que murió tras sufrir un trágico accidente, volteando las campanas, que sobrecogió a todo el pueblo y mostró la peligrosidad de esta tradición cinco veces centenaria.

Con el objetivo de que no se pierda nunca esta tradición, los campaneros están peleando para que el toque de campanas de Utrera sea declarado patrimonio cultural inmaterial por parte de la Unesco. La asociación de campaneros de Utrera ya ha llevado a cabo todos los trámites necesarios para conseguirlo. El expediente entregado recientemente a la Junta ya está en el Ministerio de Cultura, que lo elevará a la Unesco.

No solo el sonido de las centenarias campanas de Utrera es especial, ya que lo verdaderamente singular es la forma de tocarlas propia de los campaneros. Una sabiduría que se ha transmitido de padres a hijos durante siglos y que hace de los repiques de campanas de la localidad algo verdaderamente espectacular.

El campanero acompaña a la campana en su movimiento, así en un momento determinado del volteo, se sube en la campana saliendo con ella fuera de la torre y quedando suspendido a muchos metros de altura. Una maniobra verdaderamente peligrosa, en la que se hace realmente fundamental el trabajo en equipo, por lo que cada campanero tiene que confiar ciegamente en su compañero.

Las iglesias de Santa María de la Mesa y Santiago el Mayor son los lugares habituales donde se pueden presenciar estos espectaculares repiques, Escuchando los tonos de las campanas se podía saber si había muerto una persona, e incluso hasta su condición social. Eran toques que se utilizaban también para lanzar una llamada de atención a la población, en el caso de un ataque desde el exterior o como aviso ante un incendio.

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