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Las Turquillas, otro cuento de Sánchez Gordillo

Un paseo por esta finca, explotación agrícola y cabaña equina de las Fuerzas Armadas, es suficiente para comprar que lo único que quiere allí sembrar el SAT es demagogia. Mientras, en Los Humosos, el agua está cortada por falta de pago

Las Turquillas, otro cuento de Sánchez Gordillo millán herce

alberto garcía reyes / m.j. pereira

La finca Las Turquillas, un terreno de 1.124 hectáreas situado en Écija que pertenece al Estado desde 1928, se ha convertido en los últimos meses en un recurrente reclamo mediático a raíz de las ocupaciones que ha llevado a cabo el Sindicato Andaluz de Trabajadores bajo las órdenes de Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero. Estos líderes agrarios reclaman esos terrenos al Ministerio de Defensa para explotarlos ellos y dar trabajo a las cooperativas que gestionan, ya que, según aseveran con rotundidad cada vez que plantan sus tiendas de campaña a la entrada de la finca, sus tierras están desaprovechadas por los militares.

Sin embargo, nada más cruzar la barrera de control se descubre que esto no es más que otro cuento del alcalde de Marinaleda para mantener con vida sus trasnochadas proclamas revolucionarias. Las Turquillas es una finca perfectamente explotada por las Fuerzas Armadas. Sus 730 hectáreas cultivables están cultivadas de avena, trigo y alfalfa. La producción anual abastece de grano y forraje para el alimento de toda la cabaña equina española salvo la del centro de Zaragoza, que también se abastece a sí mismo. Y, por si fuera poco, esta labor genera un excedente que todos los años se vende en subasta pública, anunciada en el BOE, y genera 1,7 millones de euros, lo que permite a la finca financiar todos sus trabajos agrícolas. ABC ha visitado este lugar en compañía de los tenientes coroneles responsables de la explotación agrícola y de la cría caballar, pues allí se encuentra el centro reproductor de caballos en el que se produce gran parte de la caballería que usan la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Guardia Real. Y sobre el terreno, cada soflama de Sánchez Gordillo se desmonta con hechos, no con palabras. Mientras tanto, en la finca que explotan sus cooperativas, Los Humosos, el agua está cortada desde 2012 por falta de pago, entre otros incumplimientos.

Las Turquillas, otro cuento de Sánchez Gordillo

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