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Alcalá de Guadaíra

El Hospital de Valme forma a los profesores frente al aumento de alergias

El 70% de los docentes de la zona sur de Sevilla no saben cómo actuar frente a un episodio grave

Las pediatras Emma López y Julia Pardo, junto al jefe de Pediatría, Antonio Millán A. M.

Alberto Mallado

El aumento de las alergias alimentarias se ha convertido en un elemento que condiciona la seguridad en el entorno escolar donde tienen gran incidencia por el tiempo que pasan los pequeños en él. Para dotar al profesorado de una herramientas sencillas, útiles y consensuadas para la atención de alumnos este problema, pediatras del Hospital Universitario de Valme , en coordinación con el Centro del Profesorado de Alcalá de Guadaíra se han puesto a trabajar en una iniciativa formativa que abarca a la comunidad docente del área sur de la provincia de Sevilla.

La alergia alimentaria es una enfermedad en la que varios sistemas están afectados (inmunológico, digestivo, neurológico, piel, etc.) y cuya gravedad varía enormemente en cada persona. En los casos más graves puede llegar a suponer un riesgo real para la vida de una persona en pocos minutos. Precisamente, en la población pediátrica, constituye un preocupante problema de salud , no sólo a la potencial gravedad de las reacciones, sino también al progresivo incremento de su prevalencia en las últimas décadas. Esa prevalencia está en torno al 6 por ciento. Los principales alérgenos son la leche de vaca y el huevo.

Según explican desde el área de gestión sanitaria sur, los centros educativos conforman uno de los entornos donde estadísticamente pueden producirse más casos de alergias alimentarias, dado que los niños están expuestos a un largo tiempo en este medio durante la edad escolar. En los comedores, pero también en lo que comen en los recreos .

Esta enfermedad puede producir situaciones clínicas muy diferenciadas, desde las clásicas reacciones inmediatas como urticaria, angioedema, vómitos inmediatos, dolor abdominal y síntomas respiratorios (afonía, rinitis, sibilancias o disnea), a síntomas cardiovasculares y a la reacción que implica a más de un órgano, como la anafilaxia, que puede ser choque anafiláctico si hay afectación cardiovascular.

Conocedores de este problema, desde el servicio de Pediatría que dirige en el Hospital Universitario de Valme Antonio Millán se realizó durante el año 2018 una encuesta a docentes del área sur de la provincia. En las 300 encuestas realizadas, los pediatras corroboraron la necesidad de formar al profesorado en pautas de actuación en situaciones urgentes sanitarias en centros educativos por alergia alimentaria. Así, más del 70% del profesorado encuestado reconoció no tener formación y esta iniciativa permitirá garantizar la respuesta inicial en el medio escolar.

De los encuestados, el 75 por ciento eran mujeres y el 25 por ciento hombres con una media de tiempo en ejercicio docente de 17 años y una media de edad entre 36 y 45 años. Los pediatras preguntaron a los docentes por el grado de conocimiento e información de la alergia alimentaria, por las habilidades y recursos para afrontarla en centros educativos y por la existencia de alumnos con alergia a cargo de profesores.

Las respuestas extraídas ratifican que el 50% el profesorado consultado no conoce los alimentos que pueden contener huevo o proteínas de la leche de vaca y, por tanto, provocar alergia. Asimismo, el 67% no ha recibido información ni formación sobre alergia alimentaria para poder identificarla y el 30% tiene asignado niños a su carga con esta enfermedad.

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