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Alcalá de Guadaíra

Una oleada de robos pone a Alcalá de Guadaíra en estado de alerta

En un mes se han producido cinco atracos con armas en establecimientos comerciales

Una oleada de robos pone a Alcalá en estado de alerta ABC

A.Mallado

Muchos alcalareños, comerciantes y vecinos confiesan vivir estos días con miedo. La ciudad sufre una oleada de delincuencia que ha encendido las alarmas y ha dado lugar a la creación de una plataforma ciudadana en la zona centro y el barrio de San Miguel, que figuran entre los territorios más castigados.

En poco más de un mes, se han producido cinco atracos con pistolas en comercios de la localidad. Todos ellos estaban abiertos, algunos con numerosos clientes y a plena luz del día. El modus operandi se repite de forma idéntica en todos ellos . Varios encapuchados asaltan el local con, al menos, un arma de fuego, cuando no varias. Piden el dinero y huyen a pie.

Así ocurrió en el Burger King, cuando el local estaba lleno de clientes. También abierto y con varias personas en su interior estaba el salón de recreativo de la calle Silos que asaltaron varios encapuchados. Aquí, además de llevarse dinero, destrozaron a sillazos varias máquinas de juego para coger las monedas que había en su interior.

En el bar Hispania, de la calle Soria, fueron dos los encapuchados que protagonizaron el robo. El propietario iba a cerrar pasadas las doce de la noche. Un hombre armado se dirigió a él y le obligó a entrar en el cuarto donde tenía el dinero, y entregárselo. Se llevó 2.500 euros. Mientras eso ocurría, otro robó varios jamones y garrafas de aceite. La Policía no ha realizado por el momento ninguna detención.

Dos joyerías han sufrido robos muy parecidos. En una de ellas en lugar de armas de fuego usaron una pistola eléctrica para amenazar al propietario. En la otra, este jueves, destrozaron las vitrinas y el escaparate, se llevaron dinero, joyas y relojes. Pero además dejaron herido a un hombre que se enfrentó a ellos y con una banqueta les bloqueó el paso para que no accedieran al lugar donde estaban las piezas más valiosas. Le propinaron un fuerte golpe con la culata de la pistola en la frente.

Los propios vecinos lo impidieron

Pero no es el único motivo de alarma. Los vecinos de la zona centro denuncian desde hace tiempo el abandono del barrio, en particular de edificios patrimoniales, la falta de seguridad y las ocupaciones ilegales de viviendas. Son muchas las casas ocupadas y en particular en el entorno de la Plaza del Derribo generan problemas de convivencia. Los vecinos denuncian amenazas, robos, trapicheo de drogas y ruidos. Han decidido pasar a la acción y además de medidas reivindicativas se han organizado para evitar más ocupaciones. En la calle San Miguel fueron los propios vecinos los que impidieron una. Cuando la detectaron salieron a la calle en masa y avisaron a la Policía. Permanecieron vigilando toda la madrugada, mientras un grupo de hombres esperaban al final de la calle para intentar otra ocupación cuando se retirasen a sus casas. La vigilancia vecinal ha impedido también ocupaciones en varias casas de la calle Sánchez Perrier y en el barrio de las Corachas. En este último fue un vecino el que retuvo a un ladrón que entró en su casa a robar hasta que llegó la Policía.

Esta misma persona había protagonizado un robo en la iglesia de Santiago y varios en la calle Herrero a través de las ventanas.

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