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Solidaridad

Piden ayuda por llevar casi dos años viviendo en el rellano de un bloque de pisos de Alcalá de Guadaíra

El matrimonio tiene cuatro hijos a su cargo, tres de ellos menores de edad, y reconocen estar desesperados

Matías y Omaira muestran los colchones apilados en la azotea, donde duermen AG

A. Guillén

Omaira y Matías son un joven matrimonio que está llamando la atención en redes sociales tras denunciar la penosa situación en la que subsisten. Padres de cuatro hijos, tres de ellos menores de edad, llevan, según sus propias palabras, «casi dos años» viviendo entre el rellano y la azotea de un bloque en los popularmente conocidos como pisos rosas, y reconocen que están desesperados.

La penosa situación de Omaira, de 40 años de edad y natural de Alcalá de Guadaíra, y Matías, de 42 años , nacido en Gandía y residente en Alcalá «desde hace muchos años», empezó tras su desalojo a principios del año pasado de una vivienda en la que vivían en régimen de alquiler social . Tras varios aplazamientos, finalmente el 23 de enero de ese año «nos echaron a la calle», comenta Matías. Nos achacan, precisa Omaira, «más de 3.000 euros, pero la deuda que nos pedían era con la comunidad y era de antes». Según explica, «solo debíamos dos mensualidades y lo de la comunidad, pero es que solo teníamos el salario social».

La mañana de este domingo, mientras nos personamos en el portal de la calle Sanlúcar de Barrameda para hablar con ellos, encontramos a Matías cerca, en una acera intentando vender sandías, mientras que Omaira viene de otros portales vendiendo boletos para rifar un décimo de lotería. Intentamos, explican, «buscarnos la vida como podemos», y Matías añade con cierto alivio que «menos mal que el martes ya empiezo en la campaña de la almendra y tengo trabajo» .

«Estamos desesperados»

El matrimonio reconoce que «estamos desesperados, no podemos más». Mientras muestran la escalera y el rellano de la última planta que da acceso a la azotea, señalan dónde amontonan parte de sus pertenencias. Afuera en la azotea tienen apilados los colchones donde duermen sobre unas sillas, y a pocos metros un cubo donde hacen parte de sus necesidades. Nadie se puede imaginar, explican, «cómo es nuestro día a día. Nos duchamos en una espuerta, dormimos en el suelo y en ese cubo tenemos que hacer nuestras necesidades: esto es inhumano ». Para hacer más incómoda la situación, si cabe, reconocen que han contado con la solidaridad y el apoyo de mucha gente, «pero no a todo el mundo le hace gracia que estemos aquí».

Por suerte, interviene Omaira, «los niños están con familiares». De los cuatro hijos a su cargo, el mayor (de 21 años de edad) está en Mairena, «en casa su suegro, pero claro, allí no va a estar para siempre». Además, tienen otros tres menores a su cargo, uno de 17 , acogido en casa de un familiar, y dos niñas, una de 15, y la pequeña, que tiene siete añitos ; ambas acogidas en casa de los padres de Omaira, en el mismo bloque, y que apenas se sustentan «con una pensión muy chica».

Este nivel de desesperación que reiteran a cada momento en el que explican su situación, se ve aumentado más si cabe por una «sensación total de abandono y desamparo». Omaira explica que tiene cierta esperanza puesta en el Defensor del Pueblo Andaluz . La oficina dirigida por Jesús Maeztu ya tiene constancia de la situación del matrimonio. Están pendientes de un informe, dice, «y esperamos que puedan hacer algo, la verdad, ya hablaron con nosotros y estamos esperando».

En cuanto al Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, esta alcalareña se muestra muy desencantada. Es verdad, explica, «que Ana, la trabajadora de Servicios Sociales, sí nos ha ayudado muchísimo y siempre ha estado ahí, pero ya está. No podemos decir lo mismo de los concejales, y de la alcaldesa menos, ni la conocemos, vamos. Hemos pedido un montón de veces que nos recibieran y ni caso. Es una verdadera vergüenza que se porten así con personas en una situación tan penosa», concluyen.

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