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El apellido «Japón», mucho más que cinco letras para Coria de Río

«El rostro del samurai» es un recorrido por 400 fotografías de habitantes de la localidad que se apellidan así

Estatua de un samurai en Coria JUAN JOSE ÚBEDA

Fermín Cabanillas (EFE)

Más de 400 años de presencia del legado japonés en Coria del Río dan para mucho, y uno de sus aspectos más llamativos es la huella genética que ha ido dejando en los corianos, tanto en rasgos físicos como en sus apellidos .

Por este motivo, una exposición que se puede ver en la Casa de la Provincia de Sevilla ha conseguido reunir 400 fotografías para analizar en imágenes la huella genética del apellido Japón, siguiendo la estela de los japoneses que a principios del siglo XVII llegaron al municipio sevillano, dejando algo más que tradiciones y costumbres entre sus vecinos.

Una cita que se puede visitar hasta el 15 de mayo , y de la que el alcalde de Coria, Modesto González , destaca la labor que realiza la Asociación Hispano Japonesa «Hasekura Tsunenaga», con mención especial al fotógrafo y autor de la obra, Alejandro Sosa , por «rescatar e indagar en la huella genética del apellido Japón en la localidad».

Y es que la exposición, bajo el nombre de «El rostro del samurai» , es un más que completo recorrido por 400 fotografías de habitantes de la localidad que llevan el apellido Japón, descendientes de los japoneses que hasta allí llegaron a principios del siglo XVII y dejaron implantada la huella humana surgida de aquel hecho histórico.

Y es que este pueblo puede presumir de ser el anfitrión de un encuentro entre España y Japón que ha dejado una huella perpetua mantenida por quince generaciones de andaluces, que han conservado el apellido Japón de sus antepasados, y que se inició en 1614 cuando una expedición, dirigida por el samurai Hasekura Tsunenaga, llegó a Coria del Río.

El propósito era visitar al Papa en Roma y obtener apoyo político y religioso para los japoneses convertidos al cristianismo , al mismo tiempo que establecer contactos comerciales, por lo que partió de Sendai, al norte de la mayor isla del archipiélago japonés, en primer lugar con destino a México para después, hacer escala en el rico puerto fluvial del Guadalquivir en Coria, antes de salir hacia Italia.

Con todo, se pretendía conocer la ruta a Nueva España como posible ruta comercial, aunque algunos de los japoneses de Hasekura, que sabían de la persecución del Cristianismo y cierre de las fronteras japonesas, decidieron quedarse a vivir en Sevilla y profesar sin peligro su religión, estableciendo Coria del Río como su nueva casa.

El origen

La impresionante exposición tiene muchos matices, aunque uno de los más llamativos es su cierre: un rostro de gran formato nacido de la fusión de los anteriores, para simbolizar «un viaje de vuelta de la descendencia hasta el origen con el objetivo de ahondar en el acercamiento entre los pueblos coriano y japonés, cuestionando la idea de fracaso que la historia ha venido atribuyendo a aquella aventura».

La exposición trabajo pone en evidencia la consecución de uno de los principales propósitos de la Embajada Keicho: el abrazo entre dos pueblos, un proyecto que se materializó entre 2013 y 2014 con motivo de la celebración del 400 aniversario de la Misión Keicho.

Su autor destaca una selección de imágenes de los japoneses de mayor edad, descendientes más cercanos al origen de esta gran familia, y verla en vivo supone toda una oportunidad para hacer un estudio antropológico en vivo de una importante historia que en Coria nunca ha caído en el olvido, y se mantiene hoy día más viva que nunca.

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