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La barcaza de Coria del Río: medio siglo cruzando vehículos de una orilla a otra del río Guadalquivir

«A este paso, me jubilo y los túneles de la SE-40 no estarán listos», comenta uno de los socios de esta empresa

Una de las tres barcazas que unen las dos orillas del Guadalquivir a su paso por Coria del Río J. M. Serrano

Martín Laínez

Siete y media de la mañana de un día laborable cualquiera. Bajar en coche desde el Aljarafe hasta la carretera de Cádiz resulta una pesadilla para los conductores. Atascos continuos hacen que los 22 kilómetros que separan Coria del Río de Dos Hermanas se alarguen más de una hora. Pero desde hace medio siglo existe un «atajo» para llegar de un punto al otro en apenas unos minutos sin necesidad de perder los nervios al volante.

Se trata de hacer este trayecto cruzando el río Guadalquivir a bordo de una barca , la barcaza de Coria, que está de celebración este año puesto que se cumple medio siglo desde que la familia Díaz empezara a unir diariamente las dos orillas del río.

Apenas 250 metros separan una de otra, un trayecto que a bordo de estas naves dura dos minutos y medio desde que se levanta la rampa hasta que empiezan a descender los primeros coches. A una velocidad media de unos ocho kilómetros por hora (4,5 nudos), la barcaza realiza a diario unos 32 trayectos puesto que a esos dos minutos y medio hay que añadir el tiempo de espera mientras empieza el embarque de los vehículos, entre turismos, motos, bicicletas, tractores, personas... y hasta coche de caballos.

Cuando hay niebla o llueve , la velocidad de la barcaza baja considerablemente hasta los 8 kilómetros por hora; por lo que se intenta que en cada trayecto se suban los máximos vehículos posibles para realizar los menos viajes.

La empresa que se fundó en la década de los setenta del siglo pasado cambió hace unos años su marca comercial y ahora se denomina Transportes Fluviales Coria, integrada por cuatro socios y que da empleo a cinco trabajadores.

Con el estallido de la burbuja inmobiliaria sufrió un descenso de usuarios que ha ido recuperando

Uno de los socios es Manuel Díaz (54 años), quien explica a ABC los entresijos de un negocio que ha vivido, como la mayoría de los trabajos, épocas doradas y épocas de «vacas flacas» . «Mis padres y unos tíos míos pusieron en pie en 1970 este negocio, con una barcaza que se dedicaba a pasar a la gente de una orilla a otra». Y así desde entonces cincuenta años surcando el Guadalquivir a diario.

En la actualidad, el negocio cuenta con tres barcazas, «dos más pequeñas y una mayor , en la que invertimos unos 600.000 euros y que compramos hace doce años, cuando se corrió la voz de que por aquí se evitaban los atascos. Fueron los mejores años, pero a partir de 2008, la crisis económica nos afectó a nosotros también, si bien fue a partir de 2015 cuando empezó el negocio a crecer», narra el socio de esta empresa.

Dos vehículos desembarcan de la barcaza en uno de los trayectos que realizan a diario J. M. Serrano

«Virgen de la Estrella» es el nombre de una de las dos barcazas pequeñas que transporta a diario a cientos de vehículos de una orilla a otra y llega a soportar un peso máximo de 15 toneladas . Una larga cola de vehículos se forma cerca del embarcadero coriano, próximo al centro de salud Virgen de la Estrella II, a la espera de embarcar para realizar este trayecto que evita los molestos atascos que se forman en torno al puente del Centenario . En cada viaje caben «hasta nueve turismos bien colocados», explica Díaz, quien asegura que ahora el negocio «nos va bien» porque los atascos siguen en la actualidad.

¿Miedo a los túneles de la SE-40?

Para solucionar la movilidad en el área metropolitana, la construcción de la SE-40 es una solución que busca dar salida a este problema. Hace unas semanas se inauguraba un nuevo tramo, el que une Alcalá con Dos Hermanas, y hace un año y medio se inauguró otro, el de Espartinas a Coria del Río. Entre ambos falta un nuevo tramo, que una la ciudad coriana con la nazarena y para ello se plantean dos opciones para cruzar el río: puente o túnel .

Cualquiera de las dos «es una mala noticia para nosotros , porque nos va a afectar en el número de coches que cojan la barcaza a diario». Pero Manuel Díaz quiere ver también el lado positivo: «Desde que se empezó a hablar de los túneles en 2006, yo veía un futuro negro para 2020, pero estamos ya en esa fecha y seguimos sin túnel ni puente . Y viendo que va para largo el tema, creo que me va a dar tiempo de jubilarme y no ver listas ni una ni otra opción», comenta.

En ese horizonte lejano y con la SE-40 ya acabada, Díaz estima que descendería su negocio con el paso de los turismos, si bien ciclomotores, personas y tractores seguirían usando la barcaza para ir de una orilla a otra.

Una «época buena» para el negocio es la primavera, porque coinciden «el Rocío y la siembra del arroz y el algodón . Miles de personas peregrinan hasta la aldea de Almonte por Coria desde la otra orilla. Los precios por usar la barcaza varían. Si el resto del año una persona sin vehículo paga noventa céntimos, en el Rocío sale por dos euros. Un caballo o mulo paga ocho, la carreta de bueyes, 27; un turismo o todoterreno paga 13, mientras que el resto del año es de 2,4.

Manuel Díaz J. M. Serrano

«Este aumento está justificado por la inversión que realizamos para el paso de rocieros, puesto que la base de la barcaza la cubrimos de lonas de goma para que no resbalen los animales», comenta este socio, quien recuerda que «cada barcaza gasta tres mil euros al día en combustible».

Uno de los conductores que cogen a diario esta barcaza, «incluso varias veces y desde que soy pequeño», es Daniel Pineda, un coriano que cruza el río para sus labores agrícolas . Asegura que al mes gasta unos trescientos euros en este tipo de transporte, «puesto que no sólo viajo yo, sino también mis empleados, que muchas veces vamos con los tractores».

Otro de los usuarios de la barcaza es Francisco Jiménez, que cruza el Guadalquivir en ciclomotor «para podar naranjos y olivos en estas fechas». Paga por cada trayecto 1,2 euros, mientras que su sobrino Jesús explica que él prefiere «hacerlo sin vehículo, por lo que pago solo noventa céntimos y cuando llego al otro lado de la orilla voy a pie hasta el trabajo».

La mayoría de los usuarios que hacen uso de este tipo de transporte son trabajadores del polígono La Isla , en Dos Hermanas, el más beneficiado por el uso de esta barcaza. Uno de ellos es Juan, quien asegura que «es la mejor manera de llegar a tiempo y evitar los atascos del Centenario. En quince minutos ya he llegado».

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