El Rubio pide justicia y recuerda a Elia: «Era superalegre y muy buena. Estaba llena de vida»
El detenido, que ha entrado en prisión, niega el crimen y atribuye la muerte de su pareja a un accidente con un arma de fabricación casera
En vídeo: el padre de la menor asesinada en El Rubio había escuchado rumores de maltrato
El Ayuntamiento de El Rubio decreta tres días de luto por la muerte de la joven

El Rubio sigue impactado por el presunto asesinato de la joven Elia, de 17 años, a manos de su pareja. A los vecinos de la localidad sevillana todavía les cuesta asimilar la noticia. Antonio, primo de la madre de la joven fallecida, recuerda a ... la joven: «Aquí nunca ha pasado nada. Y ahora nos conocen en toda España por esta desgracia. Pobrecita mi niña. Era tan buena. El día anterior estuve hablando con ella; la vi aquí mismito». También José Manuel, padre de una de las mejores amigas de la menor, pasó de la incomprensión al cariño: «¡Pero qué locura! No puedo, no puedo entender nada. La niña estaba todo el día en mi casa. Me llamaba 'pa' (por papá). Comía allí, también se quedaba a veces a dormir. Mi hija va a ir ahora al médico. Mi mujer la va a llevar porque no puede más».
El dolor de El Rubio resulta difícil de explicar. Las lágrimas son de emoción y de estupor. Una mezcla de sensaciones atrapa al pueblo. Antonio profundiza en ello: «Mi hija tiene muchísimo miedo. Sólo tiene 16 años. Esto es muy fuerte. Está durmiendo con nosotros porque está aterrorizada. Todo lo que ha pasado es muy duro (silencio). Mi hija estaba hace unos días con su amiga, y ahora la ha perdido para siempre». Antonio no puede evitar acordarse de su prima: «Hace un mes perdió a su madre; ahora han encontrado muerta a su hija. Esto no hay quien lo soporte. La niña era súper buena, una niña normal, con ilusión. Cuando me dijeron que la Guardia Civil no descartaba que hubiera podido ser un suicidio, yo lo dije claro: es imposible. No, no. Sólo tenía 17 años; tenía toda la vida por delante», declaraba ayer con rabia a escasos metros del río en el que el detenido y la Guardia Civil, junto a la comisión judicial realizaban la reconstrucción de los hechos poco antes de conocerse que Germán iría a prisión.
Nadie duerme. Una amiga de la víctima grita en todos lados. En los aledaños del maldito garaje su voz siempre va en una misma dirección. «Es un asesino. Es un asesino», dice con fuerza. Poco después está llorando sin consuelo: «No puedo dormir. Se me viene la carita de mi niña. Pero qué ha hecho este desgraciado». Los amigos de la joven fallecida caminan de un lado a otro. Esperando. Y maldiciendo: «Queremos que se haga justicia. Queremos que se sepa la verdad ya». Sin consuelo: «Mi niña. Es que era tan buena».
Las calles de El Rubio son cauces de lágrimas, también en sus bares, lugares de encuentro y diversión antes de que el fatídico fin de semana les dejara absortos. En el Bar El Machi no se habla de otra cosa. Una de las nietas de los dueños, alumna del Instituto Maestro Don José Jurado Espada, tiene perdida la mirada. Es el cumpleaños de su abuela, pero el dolor es crudo. Recuerda a la joven fallecida, también alumna de cuarto de la ESO, y entra en un tormento mayor.
El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Osuna ordenaba el miércoles por la tarde, a petición de la Fiscalía, el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del joven detenido como presunto autor de la muerte de su pareja sentimental en la localidad de El Rubio. Inicialmente, se le atribuye un presunto delito de asesinato. Así lo confirmaba la oficina de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Desde el TSJA también informaron que el investigado había negado su participación dolosa en los hechos y había insistido durante su declaración en sede judicial en que la víctima recibió un disparo accidental. Según detallan fuentes de la Guardia Civil, fue la primera versión que dio nada más producirse el hallazgo del cadáver.
El pasado lunes, pasadas las cinco de la mañana, la madre del detenido llamaba a la Guardia Civil, asegurando que su hijo acababa de llegar a casa muy nervioso porque una amiga se había pegado un tiro. Los hechos se habían producido en una cochera donde la pareja solía quedar. Tres patrullas se personaron en el lugar y tras comprobar que la víctima, de 17 años, estaba fallecida por un impacto en la cabeza, acordonaron la zona e iniciaron las pesquisas.
En ese momento, el joven, identificado como Germán F. V., aseguró a los agentes que antes de producirse el disparo había salido de la finca para comprar tabaco y que fue en ese momento cuando a la joven, que se llamaba Elia, se le disparó un arma de fabricación casera. Después, al ver que la chica había fallecido, la tapó con una manta y decidió tirar el arma a un arroyo. Tras declarar ante el juez, éste ordenó hacer una reconstrucción de los hechos en los dos escenarios claves: la cochera y el puente desde donde supuestamente arrojó el arma. Una hora después, Germán F. V. fue conducido de nuevo a los juzgados y se le comunico el auto de prisión. Hasta la fecha no había denuncias previas.
Desde la Guardia Civil han confirmado que el arma no ha aparecido. Buzos del Instituto Armado han realizado varias batidas en el arroyo sin éxito. La causa la investigará el mismo juzgado donde ha prestado declaración porque se encontraba de guardia cuando ocurrieron los hechos y, además, es el órgano judicial competente en materia de violencia sobre la mujer en este partido judicial. La investigación no se encuentra bajo secreto de sumario.
Los caminos del pueblo terminan confluyendo en el mismo punto, la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en la que cientos de personas aguardan emocionadas el jueves a que llegase el cuerpo de la joven. Contarlo duele. Jóvenes rotos y padres abrazados en silencio, por la memoria de la niña del pueblo, marcan lo que es hoy El Rubio. En la iglesia no se cabe y muchas personas tienen que quedarse fuera para darle el último adiós a la niña del pueblo. Como así quieren recordarla. Para siempre. Con el féretro a hombros hasta el cementerio. Y con una concentración multitudinaria que tuvo lugar poco después y en la que el silencio reinó ante la barbarie. La ministra de Igualdad, Irene Montero, expresó su más absoluta condena y rechazo a este «asesinato machista», el primero que se registra este año en la provincia de Sevilla.
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