La acusada del doble crimen de Dos Hermanas: «Quería degollarla, arrancarle la cabeza para pegarle una patada»
En su declaración ha explicado que las relaciones sus vecinos, las víctimas, eran «fatales», sobre todo a raíz del confinamiento de marzo de 2020; tenía miedo antes las amenazas de su vecina para quitarle a sus hijos
La amenaza con quitarle los hijos, origen del doble crimen de Dos Hermanas, según la defensa de la acusada

Joyce G.G.S., la mujer brasileña de 44 años acusada de asesinar en julio de 2020 a Cristina y Manuel, sus dos vecinos en la calle Padre Fernando Trejo de Dos Hermanas. Los arrolló con su coche, los agredió con un ladrillo o una piedra y después los acuchilló. Así lo ha reconocido este martes ante el jurado popular que la está enjuiciando. Las relaciones vecinales eran «fatales», principalmente con la mujer. En el confinamiento por la pandemia lo empeoró todo. El 24 de julio «se me cruzaron los cables. Se me fue la cabeza, no aguantaba más. Quería degollarla, arrancarle la cabeza para pegarle una patada».
La acusada, que se enfrenta a casi treinta años de cárcel por los dos asesinatos, llevaba viviendo tres años en la finca Huerta de San José, con las víctimas como vecinos. La relación vecinal era «fatal», según Joyce, que por segundo día ha acudido al juicio elegantemente vestida, lo que ha llamado la atención de los asistentes. «Ella me quería echar del campo sí o sí, pero yo no había hecho nada, sólo trabajaba y cuidaba de mis hijos. No sé si por racista...», ha explicado sobre el contexto de convivencia.
Aquella situación duró cuatro meses. A diario «me mandaba a la Policía, me amenazaba con quitarme a mis hijos, tanto que al final...». Las denuncias eran cruzadas entre ambas partes. Tanto la Fiscalía como la acusación particular le han preguntado por lo que sucedió el 24 de julio de 2020. Tras llegar de trabajar, sobre la una del mediodía, a su casa. En la puerta estaba Cristina «riéndose de mí».
Y ahí «se le cruzaron los cables». «Se me borró la mente, tras verle la cara, su sonrisa, cachondeándose de mí, provocándome». Ha precisado que sólo fueron gestos, que no le dijo nada, pero a la acusada se le fue la cabeza: «no aguantaba más».
Después ha mostrado su arrepentimiento por lo que hizo, pidiéndole perdón a Dios, a sus hijos por dejarlos solo en esta vida y a la familia de las víctimas. «No lo pensé en ese momento. Aceleré el coche y lo lancé sobre ellos. Yo quería matarlos, atropellarlos, que se acabara mi pesadilla».
Ella ante el espejo: «Parecía un monstruo»
Con una forma de hablar acelerada, Joyce ha recordado que le pidió a Cristina, antes de los hechos, que le dejara en paz. «Me hizo la vida un infierno». Después de atropellarlos, cogió lo que pilló, una piedra o un ladrillo. A continuación entró en la casa de las víctimas y cogió un cuchillo. «Me fui a matarla».
«Yo estaba desquiciada. Acabé cuando acabaron mis fuerzas. Yo no era consciente», ha insistido la acusada, que ha expresado que se miró en el espejo y se vio chorreando de sangre. «Parecía un monstruo». Todo este relato ha sido escuchado a duras penas por familiares de las víctimas.
A la llegada de la Policía confesó a los agentes que ella había matado a los dos vecinos. Según ha indicado, no querían saber por qué sino cómo. Ella ya había llamado a su madre, expareja y a su jefe para decirle lo que había hecho.
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«Jamás me había planteado matarlas. No puedo volver atrás», ha declarado, al tiempo que ha reconocido que sí los odiaba. «No sentía nada cuando los maté, estaba ciega», aunque ante la juez instructora dijo que sentía rabia y odio y les señaló: «veis lo que habéis conseguido». «Si llego a ser consciente, no lo hago, se me fue la cabeza». Y ha insistido: «Sé lo que está bien y está mal. No soy nadie para quitar la vida a nadie».
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