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Dos Hermanas

El horror que se escondía en el 168 del Cerro Blanco

Hay tres personas detenidas relacionadas con el hallazgo de los cuerpos de tres personas, sepultadas bajo hormigón y sosa caústica

Vivienda en la que se hallaron los cuerpos L.MONTES

LAURA MONTES

Las inmediaciones del número 168 de la calle Cerro Blanco de Dos Hermanas han amanecido este lunes rodeadas de cámaras de televisión y unidades móviles, que han permanecido durante toda la mañana apostadas a las puertas de esta vivienda, en cuyo interior la Policía Nacional encontraba durante esta pasada madrugada los cuerpos sepultados de tres personas , dos adultos y un menor.

A la espera de los resultados oficiales de las autopsias, los restos hallados están relacionados con la vecina de Bellavista, Sandra Capitán, de 26 años , su hija Lucía, de seis, y la pareja sentimental de la mujer, un turco llamado Mehmet, de 55 años, con antecedentes por tráfico de drogas, del que tampoco se sabía nada desde que el pasado 16 de septiembre se les perdió la pista a los tres.

Durante toda la jornada de ayer una Unidad Militar de Emergencias (UME), con base en Morón de la Frontera, se unió a las labores de búsqueda de la Policía y estuvo trabajando en el interior de esta vivienda, una casa de planta baja con dos ventanas al exterior y un patio en su interior, bajo el cual los agentes sospechaban que podían encontrarse los restos de los desaparecidos. De hecho, durante todo el fin de semana se estuvo excavando en este patio, en el que existe un pozo ciego cubierto por varias capas de hormigón.

Por la noche, miembros del cuerpo de Bomberos de Dos Hermanas se unieron también al operativo y rescataban, ya de madrugada, dos cuerpos, mientras que el tercero se recuperó en torno a las seis de la mañana tras unas arduas tareas de intervención. Los efectivos descubrían una situación «dantesca» y «desagradable» que, según aseguran miembros del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento, se trata de uno de los siniestros más duros de todos los que han presenciado en su carrera profesional.

Los cadáveres habían sido enterrados bajo hormigón y sosa caústica, una sustancia que acelera la descomposición de los cuerpos. Esta mañana aún se apreciaba un fuerte olor a las puertas de esta vivienda, que permanece precintada y con las señales de las intervención de la Policía durante las últimas horas: la reja de una de las ventanas tuvo que se arrancada de cuajo y la puerta de entrada, forzada. A media mañana, una grúa se ha llevado la cuba, llena de escombros y otros restos , fruto de esta larga intervención que se ha prolongado durante todo el fin de semana.

Algunos vecinos explicaron este pasado domingo a este periódico que la vivienda era un punto habitual de venta de drogas pero que desde hacía unas dos semanas apenas se había visto movimiento en las inmediaciones.

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