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Historia

El matrimonio que llegó a Dos Hermanas mucho antes que Elvira y Estefanía

En los terrenos de la antigua ciudad de Orippo se halló la escultura romana de una pareja sentada, que hoy se conserva en el Museo Arqueológico

Matrimonio sedente de Orippo, en el Museo Arqueológico

L.MONTES

La tradición cuenta que la ciudad de Dos Hermanas fue fundada por las hermanas Elvira y Estefanía Nazareno , quienes tras la reconquista de Sevilla descubrieron en estos terrenos una cueva en cuyo interior se hallaba una imagen de Santa Ana. En torno a ese espacio se construiría un templo, que poco a poco iría dando lugar a la conformación de una población. Podría considerarse, por tanto, que las dos hermanas, por cuya gesta lleva la ciudad su nombre, son las primeras nazarenas del municipio , siendo también, con toda probabilidad, los personajes de la historia local más reconocidos por sus habitantes actuales.

Sin embargo, mucho antes que ellas ya poblaron la zona otras civilizaciones, que dejaron también su impronta sobre estas tierras. De esos antepasados turdetanos y romanos destaca la presencia de otra pareja, esta vez, de un matrimonio de piedra, cuya figura había quedado oculta durante siglos hasta que a principios del XX fue descubierta por Juan Lafita Díaz, quien fuera director de Museo Arqueológico de Sevilla.

Se trata de la escultura conocida como el « Matrimonio sedente de Orippo », una escultura funeraria perteneciente a la Bética romana, que representa a una pareja sentada y cogida de la mano, y que fue hallada en los terrenos próximos a la Torre de los Herberos, en una parcela del polígono industrial La Isla, donde se asentaba la antigua ciudad de Orippo , al borde también del antiguo cauce del río Guadalquivir, y situada a las afueras de la ciudad actual.

Los restos arqueológicos encontrados bajo estos suelos demostraron que mucho antes de la «fundación» de la ciudad nazarena con la llegada de las dos hermanas, ya existió una ciudad llamada Orippo, de origen turdetano y que se situaba en tiempos romanos en la Vía Augusta de Roma a Cádiz . Tal fue su importancia, que llegó incluso a acuñar moneda propia.

Según relata el arqueólogo Manuel Camacho Moreno en su artículo «El matrimonio sedente de Orippo», publicado en la Revista de Feria y Fiestas de 2015, el grupo escultórico fue descubierto en 1928 por Lafita Díaz. Se sabe que se encontró en una trinchera de poca profundidad abierta al pie de la Torre de los Herberos junto con un capitel jónico. La escultura fue depositada durante un tiempo en el caserío de Tixe , próximo a la zona y propiedad de los Marqueses de Esquivel, quienes en 1944 donarían la pieza al Museo Arqueológico sevillano, donde ocupa en la actualidad un lugar destacado, en la misma sala donde también se expone el capitel.

Enigmático matrimonio

El gesto de ambas figuras, cogidas de la mano, permitió a los investigadores identificarlos como una pareja de esposos así como situar la pieza en la época más temprana de la Bética romana por su técnica escultórica. Su espectacularidad radica también en el tamaño de sus dimensiones, tan solo algo menores que el natural, con 1,14 metros de altura y 90 centímetros de anchura, y se cree que tanto el matrimonio de piedra como el capitel –que en su origen estuvieron estucados y policromados- pertenecieron a una edificación funeraria monumental, al estilo de otros que existían durante aquella época.

Según añade también Camacho en su artículo, se trata de una pieza única ya que no era habitual la presentación de mujer y hombre en la estatuaria romana peninsular. «Estamos, por tanto, ante una tumba perteneciente a una de las familias más ricas de Orippo , que decidió erigir en su memoria un sepulcro acorde a la moda del momento, inspirado en las necrópolis monumentales del Mediterráneo helenístico», apunta el arqueólogo en su análisis.

A qué familia pertenecieron o cuál era el origen de este enigmático matrimonio, cuya representación ha llegado hasta nuestros días, continúan en la actualidad siendo una incógnita aunque su hallazgo ha permitido, al menos, conocer a los que fueron unos de los primeros habitantes que poblaron esas tierras , hoy en el extrarradio del núcleo urbano de Dos Hermanas, mucho antes de que otra pareja -esta vez de hermanas-, propiciaran el origen de la población actual, con el decubrimiento de la talla de Santa Ana.

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