El embudo de la AP-4 Sevilla-Cádiz no encuentra solución
El proyecto del tercer carril que anunció el Ministerio de Transportes ni siquiera tiene el estudio técnico licitado y se plantea sólo entre Sevilla y Las Cabezas de San Juan
Una jornada caótica en la AP-4 Sevilla-Cádiz por un atasco kilométrico: «Hemos estado parados cuatro horas»

Los atascos volverán este fin de semana a la antigua autopista de peaje que une Sevilla y Cádiz. La concentración de vehículos en ambos sentidos –entre los que se marchan tras sus vacaciones y los que llegan– provocará de nuevo retenciones kilométricas y ... demoras. Eso en el mejor de los casos.
Lo ocurrido el pasado 7 de agosto tras el vuelco de un camión de reparto demostró que la vía se encuentra totalmente saturada, pues un simple accidente llegó a provocar un atasco monumental que retuvo a los conductores durante más de cuatro horas en la calzada a pleno sol.
La solución que ve el Gobierno central para aliviar esta situación es construir un tercer carril en cada dirección entre Sevilla y las Cabezas de San Juan, que es el tramo más transitado. El proyecto ya está previsto de cara a futuro, incluso se ha calculado su coste, que rondaría los 177 millones de euros, que se elevarían a 270 con los nuevos enlaces que se han diseñado para que los distintos municipios cercanos tengan entradas y salidas y se puedan hacer cambios de sentido con más facilidad como en cualquier autovía libre de peajes.
Desde que se suprimió el peaje en diciembre de 2019 el tráfico ha crecido un 50%, con mayor impacto de los vehículos pesados
Hace sólo tres años que la AP-4 se liberó del suyo y desde entonces la única inversión de calado que se ha acometido es el desmontaje de las casetas de cobro de la empresa concesionaria. El tercer carril no es, ni mucho menos, una actuación inmediata, como confirmó la propia Ministra de Transportes y Movilidad en funciones, Raquel Sánchez, durante su última visita a Sevilla con motivo, precisamente, del cincuenta aniversario de la construcción de la autopista.
Desde que se suprimió el peaje el 31 de diciembre de 2019, el tráfico ha crecido un 50%, con un mayor impacto de los vehículos pesados, que se han multiplicado por tres. Pero esa capacidad extra a lo largo de los 41 kilómetros que tiene ese primer tramo de la AP-4 no estará antes de cinco o seis años. Eso si se empezara a trabajar en el asunto mañana mismo, porque hasta ahora ni siquiera se ha encargado el estudio técnico.
La prioridad, por lo que se desprendía de las palabras de la ministra, no es este aumento en la capacidad de la carretera, sino la apertura de accesos a distintos puntos como son Los Palacios, El Cuervo y el aeropuerto de Jerez. Esta segunda actuación sí está avanzada, con los proyectos en redacción. También sigue su curso la mejora de los enlaces a Las Cabezas, Jerez y Puerto Real, además del repavimentado de toda la autovía con un firme especial para que absorba mejor el impacto del aumento de vehículos que sufre. El coste de estas otras obras será de unos noventa millones, aunque tampoco se han incluido en los Presupuestos Generales del Estado.
El desdoble de la N-IV
El desdoble de la antigua N-IV entre Los Palacios y Jerez sería otra buena solución, pero esta última fase de la infraestructura tampoco tiene un plazo determinado. El Gobierno central concluyó los trabajos iniciados para ampliar la carretera nacional entre Dos Hermanas y el municipio palaciego. Queda, por tanto, el último tramo que reclaman tanto los empresarios sevillanos como los gaditanos, pues, dada la gran densidad de tráfico que soporta la AP-4, consideran que «está más que justificada» su construcción.
Sin embargo, la liberación del peaje, con el coste que eso supone para las arcas públicas, y el anuncio del tercer carril por sentido alejan esa posibilidad, dejando olvidados esos últimos 60 kilómetros de la antigua nacional que separan ambas provincias.
El episodio del pasado 7 de agosto, con centenares de familias atrapadas en la carretera en plena ola de calor, tampoco ha servido para plantear la instalación de conos con los que desviar el tráfico en los tramos de más concentración. Esa solución temporal ha servido otros veranos para dar fluidez a los vehículos cuando se generaban retenciones, pero en esta ocasión se ha optado por mantener los dos carriles por sentido.
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