Los «indigentes» de las chabolas de Camas con iPhones y 'Netflix'
El principal acusado del asesinato de un hombre en un asentamiento junto al puente de la Señorita aseguró ayer que tenían móviles y tablets «buenos»
El acusado del crimen del 'Catalán' en una chabola de Camas: «Se me fue un poco de las manos...»

«Somos indigentes, pero teníamos móviles y tablets buenos». Así lo dijo ayer ante el jurado popular que lo enjuicia Francisco S.G., el acusado de asesinar a José Luis M.M., alias 'el Catalán', en febrero de 2022 en un poblado chabolista en ... Camas, donde ambos eran vecinos. Pero estos chabolistas, además, contaban con Netflix y vendían sus objetos por Wallapop.
Estos fueron algunos de los comentarios destacados del acusado en su declaración de ayer en la Audiencia de Sevilla, donde además aseguró que sacó de la cuenta bancaria de la víctima en dos días 1.700 euros. «Tenía dinero para alquilarse una habitación», añadió. En el banquillo de los acusados se sienta también la expareja del presunto asesino por omisión del deber de socorro.
Los hechos tuvieron lugar la noche de 18 de febrero de 2022. Ese día el acusado, como ayer confesó, propinó una paliza «con una barra de cortina» a la víctima. Murió cuatro días después, como consecuencia de las heridas, en su chabola, levantada junto a la del presunto asesino, «su amigo».
Ni éste ni la mujer llamaron a emergencias durante esos días. Ella por miedo, como declaró ayer. De hecho, de haber sido atendido por los servicios sanitarios hubiera salvado su vida. Según la Fiscalía, la acusada presenta un trastorno límite de personalidad, lo que quedó patente desde el inicio del juicio, al que acudió con dos muñecos. Declaró con uno de ellos en las manos.
Era un «tieso» de Cataluña
De hecho, esta circunstancia personal es la principal baza de su defensa, pues ella aún sabiendo la gravedad en la que estaba el 'Catalán', al que quería como «su hermano», no actuó por miedo al principal acusado, al que había denunciado una veintena de veces por malos tratos.
Según el presunto asesino, el 'Catalán' era su amigo desde que llegó de Cataluña «tieso» hace unos quince años. Pero desde hace unos años le daba por mezclar alcohol y trankimazin. «No era él». Pesaba «cien kilos». Era chatarrero. «La relación era buena», pero cuando bebía y tomaba pastillas cambiaba.
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El día de los hechos, según el relato de Francisco, el 'Catalán' llegó a medianoche «increpándome, me vestí y salí para pedirle que tuviéramos la fiesta en paz». Pero volvió a los quince minutos, dando gritos y porrazos. Entonces Francisco, cuando el 'Catalán' le «vino de frente», le «propinó un puñetazo» en la nariz y lo tiró al suelo, pero el 'Catalán' pretendía levantarse. En ese momento, el acusado cogió «una barra de cortina» y le dio varios golpes. La paliza duró «diez minutos, estuvo rascando arena, hasta que se quedo quieto». «Yo lo que hice fue defenderme, porque ya me había pegado varias veces», insistió el acusado.
Francisco explicó que su pareja sabía que le había dado una paliza al 'Catalán', y él mismo lo estaba cuidando, «tengo algunos conocimientos de medicina». Pero ella no fue nunca a su chabola porque olía peste. «Se enteró» de la agresión aunque estaba con cascos viendo Netflix esa misma noche del día 18.
A los cuatro días y viendo que la víctima estaba «sudando y caliente» llamó a Emergencias. Según la acusada, estaba muerto. Y Francisco llamó porque ella lo obligó. Ella lo hizo después. El acusado ha admitido el robo y el dinero que sacó de la tarjeta, pero porque 'Catalán' se la dio para pagarle las gafas rotas y los perros muertos. Le dio el pin también.
Ha indicado que no llamó a Emergencias antes porque era lo habitual cuando se peleaban. Incluso le grabó un vídeo preguntándole si quería que llamase a los médicos. Según la fiscal, el acusado ha caído en muchas contradicciones con respecto a su declaración ante el juez del caso.
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