El plan para recuperar el yacimiento del Carambolo estará en menos de un año
El inicio de los trabajos para retomar las investigaciones será una prioridad para la Consejería

El adelanto electoral de las andaluzas no ha alterado los planes para la recuperación del yacimiento del Carambolo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), después de que el empresario Gabriel Rojas, propietario de los terrenos en el que se encuentra, lo donara a ... la Junta el pasado mes de abril. El convenio recoge el plazo de un año para la redacción de un plan director que defina las nuevas excavaciones. Ese fue el compromiso que asumió la entonces consejera de Cultura, Patricia del Pozo, durante la firma del documento, que incluye como condición ese plazo temporal para evitar nuevas demoras.
Además se creará un espacio en el que se expongan los hallazgos que servirá también como centro de interpretación para la divulgación de tan señalado legado. La decisión de Rojas de ceder gratuitamente este suelo, en el que en su día proyectó un hotel y un museo vinculados al pasado tartésico de Sevilla, da al fin una oportunidad para recuperar el yacimiento, olvidado desde hace más de quince años, y retomar las catas arqueológicas que quedaron paralizadas. Todavía queda un 20% del templo milenario por explorar y aunque hay pocas esperanzas de dar con hallazgos tan magníficos como el tesoro del Carambolo, que se exhibirá al fin en el Museo Arqueológico tras su rehabilitación, sí permitirá tener un conocimiento completo del recinto.
Este trabajo será una de las prioridades de la nueva Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, que tiene al frente al malagueño Arturo Bernal. Ya su antecesora dejó el camino allanado para que así sea llevando en un tiempo récord el protocolo al Consejo de Gobierno de la Junta que lo ratificó antes de los comicios.
Casi una década ha necesitado el empresario sevillano para ver cumplido ese deseo de abrir públicamente el yacimiento desde que la Consejería de Cultura paralizase el proyecto en el que trabajaba para construir un hotel y un museo del Carambolo en los suelos del yacimiento. La inversión de 30 millones de euros que tenía prevista cuando adquirió el terreno en el año 2000 quedó en el aire a pesar de que la administración andaluza lo habían recalificado para ese fin y contaba con todas las bendiciones antes de la orden de paralización que se redactó a última hora.
Previamente al inicio de las obras la promotora había encargado una serie de excavaciones que duraron varios años y que, en su última etapa, lideró el arqueólogo Álvaro Fernández, sacando a luz vestigios cuya cronología arranca en la Edad del Cobre y abarca el periodo tardío de la Edad del Bronce y la Protohistoria, destacando los restos de un antiguo santuario actualmente interpretado como un centro ceremonial fenicio. Una quinta parte del terreno es lo que queda por investigar.
Sobre el desembolso que va a hacer la Junta para continuar con esa labor todavía no hay cifras. Se definirá una cantidad cuando esté terminado el plan director que definirá las fases y los retos. En todo caso, durante la firma del convenio la pasada primavera se dejó claro que «se trata de un proyecto a medio y largo plazo». Esta será la última incursión que se realice en el terreno donde aquel 30 de septiembre de 1958 se descubrió de manera fortuita el tesoro de 21 piezas de oro, que se usaba para ornamentar a los toros que iban a ser sacrificados en honor de los dioses Baal y Astarté. Ese descubrimiento, almacenado todavía en la caja fuerte de un banco, es una de las referencias más importantes de la civilización tartésica.
Exhibir el tesoro
Otro de los objetivos de Cultura antes de las elecciones era, precisamente, exhibir cuanto antes ese valioso fondo. La anterior consejera había anunciado públicamente su intención de hacerlo en el convento de Santa Inés, donde se habilita una sala que albergará de manera temporal piezas del Arqueol ógico mientras duren las obras de recuperación y ampliación del edificio.
La intención es que el próximo año ese lugar abra sus puertas, sumándose así a la oferta cultural y turística de la ciudad, pero aún no se ha aclarado con qué medidas de seguridad contará para garantizar que el ajuar de oro tartésico original se pueda mostrar al público sin riesgo. Para ello sería necesario crear una cámara especial y reforzar la vigilancia, lo que supone un coste extra para un espacio que sólo estará en uso de manera temporal.
El coste de esa intervención en el convento es de 692.325,6 euros, según recoge el contrato de licitación que lanzó la Junta el pasado 7 de abril. A la par el Ministerio avanza en la rehabilitación del Museo Arqueológico, que ya ha quedado vacío tras dos años de mudanza de los fondos. El coste del proyecto, que firma el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, es de 20,7 millones de euros y estará terminado en dos años tras su adjudicación.
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