El boom del low cost: vecinos contra la instalación de gasolineras junto a sus casas
El auge de este negocio ha cogido a muchos municipios sin la suficiente regulación en sus normas urbanísticas que impidan la apertura de puntos de repostaje en zonas residenciales. Palomares es el último ejemplo

La proliferación de gasolineras low cost en el país ha supuesto la llegada de precios más competitivos a un sector marcado en el pasado por el oligopolio de unas pocas compañías. Pero con el paso de los años, tras la liberalización del mercado ... aprobada en 2017, este fenómeno está teniendo otras consecuencias menos deseables para el ciudadano de a pie, sobre todo si le toca vivir a pocos metros de una estación de servicio.
En la provincia de Sevilla se están producido movimientos vecinales en diferentes municipios, que surgen en contra de la instalación de puntos de repostajes por ubicarse a escasa distancia de las viviendas. El boom que vive este negocio ha cogido a muchos ayuntamientos sin la suficiente regulación en sus normas urbanísticas que frenen proyectos molestos para el residente aunque a la postre son gasolineras que funcionan porque el consumidor acude a ellas en busca del ahorro, sobre todo cuando los precios del combustible están por las nubes.
El último ejemplo está en Palomares del Río , donde todos los partidos de la oposición se han unido para apoyar a los vecinos de la urbanización Atalaya, tras conocerse que el Ayuntamiento ha otorgado licencia municipal para la construcción de una gasolinera low cost en una parcela privada que lleva años vacía. Cuando abra, los surtidores de combustible estarán a menos de diez metros de las viviendas colindantes. Los afectados han colgado en los balcones carteles para pedir la paralización de la actividad, pero es cuestión de días que empiecen las obras porque los promotores tienen todos los permisos.
La alcaldesa del municipio Ana Isabel Jiménez (PSOE) ha admitido a ABC que tampoco le gusta la ubicación de la gasolinera, pero que no puede hacer nada porque cumple con todos los requisitos: «La oposición sabe perfectamente que si yo me niego a conceder esa licencia o a guardar en un cajón la solicitud, me enfrento a consecuencias legales. Nosotros confiábamos en que el informe de la Consejería de Salud iba a ser negativo para poder tener un argumento que sirviera para denegar la petición. Pero concluye que no hay riesgo».
La alcaldesa de Palomares admite que tampoco le gusta la ubicación de la gasolinera junto a un núcleo residencial pero que no tenía herramientas para no autorizar la licencia: «Si me niego, hubiera tenido consecuencias legales»
Palomares ha sido el último municipio donde la falta de regulación en sus normas urbanísticas ha facilitado que se vaya a abrir una gasolinera lindando con una zona residencial . Su alcaldesa sostiene que cuando llegó al Gobierno se encontró con la solicitud de la licencia ya presentada. Los promotores habían arrendado el terreno y tiene una concesión para explotar el negocio durante 25 años. Hasta hace unas semanas, cuando se aprobó una modificación puntual del PGOU que prohibe la instalación de estos establecimientos en el casco urbano, Palomares carecía de una herramienta legal para impedirlo. «Hemos actualizado el plan general pero ya no se podía hacer nada con esa licencia porque estaba en trámite».

No es un caso aislado lo que se vive en este municipio, el Aljarafe es un buen exponente de la proliferación de gasolineras junto a núcleos residenciales. En Mairena, el pleno aprobó el año pasado una regulación para impedir la apertura de más estaciones de servicios en su casco urbano; algo que se produjo después de que los vecinos protestaran ante las intenciones de una empresa de instalar una en la urbanización Calahoya . Lo mismo ha ocurrido en Bormujos, donde se ha anunciado una modificación de su PGOU en este sentido. Tanto en Mairena como en Bormujos se paralizaron esos dos últimos proyectos.
Pero a veces son las empresas las que acaban obligando a modificar a favor de sus intereses esas normas urbanísticas. Así ha ocurrido recientemente en Sevilla, donde se ha acordado alejar las estaciones de servicios a un mínimo de 50 metros de los núcleos residenciales . Pero esa reciente modificación del PGOU se produjo después de que la compañía Costco denunciara ante la Unidad de Mercado, Mejora de la Regulación y Competencia del Gobierno de España que se estaban poniendo trabas en Sevilla a la implantación de su gasolinera porque el PGOU de la capital sólo admitía dos surtidores cuando se trataban de gasolineras que se abren junto a centros comerciales. La Comisión Nacional de los Mercado s concluyó que no estaba bien justificada esa limitación y que, por tanto, procedía la reclamación de la empresa.
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