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Lebrija

Cientos de albures y anguilas agonizan en un canal de las marismas de Lebrija

La vía fluvial que desemboca en el Guadalquivir ha sido cortada por un muro para permitir el riego en la zona de Los Yesos

Los puntos negros que aparecen en la superficie del agua son las bocas de cientos de albures buscando oxígeno Alejandro Hernández

Alejandro Hernández

La máxima productividad y la excelencia del producto que busca la agricultura altamente tecnificada que se practica en las marismas de Lebrija hace que a veces choque con el medio ambiente, a pesar de que los agricultores de la zona se caracterizan por su lucha constante por el mantenimiento de unas explotaciones sostenibles y respetuosas con la naturaleza .

Las necesidades de riego para los cultivos de la zona de Los Yesos de las marismas lebrijanas ha obligado un año más a los propietarios de esos terrenos agrícolas a cegar con un muro el canal que sirve de desagüe a la depuradora de Lebrija . Esta radical medida se lleva a cabo para impedir que el agua salobre procedente del río Guadalquivir se mezcle con la dulce del canal, que es con la que riegan sus campos.

El muro impide la entrada de agua salobre desde el río y la salida de la acumulada en el canal, con lo que la fauna fluvial que lo llena se ve directamente afectada. Cientos de albures y anguilas luchan por sobrevivir en el tramo cegado del canal , en unas aguas estancadas a las que le falta oxigenación. En la superficie de este tramo del canal se puede observar cómo los albures sacan a la superficie sus bocas para tomar oxígeno.

La Asociación de Pescadores del Bajo Guadalquivir ‘Treleis’ (Trebujena, Lebrija e Isla Mayor) , que suele explotar este canal conocido como el de Los Yesos, critica que el corte se produzca todos los años «entre mayo y octubre» y que los peces queden atrapados, aclara el presidente de la asociación, Miguel Ruiz . El colectivo reclama que el muro «no se ponga más años y se permita la libre circulación del agua hasta su desembocadura en el Guadalquivir , de esta forma los peces se pueden criar». Los pescadores calculan que hay más de mil kilos de peces atrapados sin poder salir al río.

Precisamente los albures, anguilas y camarones son las especies más rentables para los pescadores y son las que entran desde el río al canal, donde se alimentan y desarrollan en unas aguas someras y limpias. «Todos los pescadores vivimos de la captura de estas tres especies, pero los peces que ahora se encuentran acorralados no se pueden pescar porque están en aguas corrompidas , en un entorno contaminado», explica el presidente.

La solución a este problema puede venir de la mano de la modernización del sistema de regadío de Los Yesos . En esta línea se están llevado a cabo obras que van a permitir enlazar el regadío de esta zona con la infraestructura de la vecina Comunidad de Regantes del Sector B-XII del Bajo Guadalquivir . Las obras responden a la ampliación de esta comunidad en más de 600 hectáreas, las que corresponden a Los Yesos. La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural respalda esta conexión de sistemas de regadío y la ampliación de la comunidad de regantes que va a suponer una inversión pública y privada global de 2,8 millones de euros . La Junta ya ha entregado un millón de euros a la comunidad de regantes para las obras de conexión.

«Esperemos que cuando metan el agua de la comunidad de regantes ya no sea necesario cortar el canal, les sea suficiente esa cantidad de agua para regar sus cultivos y nosotros podamos volver a pescar», señala Miguel Ruiz que recuerda que solo pueden pescar en el canal de Los Yesos y en otros dos que se encuentran en el término municipal de la localidad gaditana de Trebujena , «porque de Lebrija hacia Los Palacios todos los canales que desaguan en el Guadalquivir están regulados con compuertas y presas».

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