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BURGUILLOS

Cuatro meses sin Azat, el joven de Burguillos que murió por «negligencia»

Los padres del chico denuncian una «serie de negligencias sanitarias» en la muerte de su hijo de 27 años

Azat Dinurov, sus padres Dilara y Juan Carlos, el mismo día del accidente que le causó la muerte ABC

MARTÍN LAÍNEZ

En un pasaje del libro « El guardián del centeno» , de J. D. Salinger, se puede leer: «¿Sabes lo que me gustaría ser? Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Y están solos. Solo yo. Estoy al borde del precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián del centeno».

La madre de Azat averiguó que este párrafo era su preferido . Azat, Dilara y Juan Carlos decidieron hacer un viaje turístico a Villa Real de San Antonio (Portugal) el 1 de diciembre de 2017.

Allí se hicieron un «selfie» —que ilustra esta noticia— para inmortalizar su estancia en este municipio fronterizo con Ayamonte. Lo que no sabían es que ésta iba a ser la última fotografía que se harían juntos .

Un fatal desenlace acabó con la vida de su hijo, de 27 años, licenciado en Matemáticas, gran amante del baloncesto y monitor de este deporte de los más pequeños del municipio de Burguillos , deporte que practicó por última vez a su regreso del viaje a Portugal.

Azat era como el protagonista del libro de Salinger: el encargado de cuidar a los niños, pero a su manera. Era lo que más le gustaba. Enseñar a los pequeños todo tipo de deportes. En el polideportivo de Burguillos, donde reside esta familia, Azat se golpeó la cabeza de manera fortuita contra el suelo de hormigón de la pista.

Un golpe que le provocó la muerte más tarde tras una serie de «negligencias administrativas y sanitarias», como han denunciado sus padres en los juzgados.

Azat y Dilara nacieron en Rusia. Dilara conoció a Juan Carlos —doctor ingeniero agrónomo en la Universidad de Sevilla— en Sevilla en 2010 y se casaron en Carmona dos años más tarde. En Burguillos establecieron su residencia familiar en 2015 y poco a poco se fueron integrando en esta localidad hasta tal punto de que Azat se convirtió en una persona muy querida, especialmente entre los más pequeños. «Amaba a los niños.

Ya en San Petersburgo, cuando estudiaba le daba clases a niños superdotados en una escuela sin ánimo de lucro», recuerda su madre.

Ese fatal día del 1 de diciembre, tras regresar de Villa Real de San Antonio, se calzó las botas y se dirigió a la pista para entrenar con sus compañeros. En un momento dado, se enganchó con una red y se golpeó la cabeza contra el suelo .

A raíz de ello, se concatenaron unos hechos que llevaron a sus padres a denunciar al SAS y al Ayuntamiento de Bur guillos . A este último porque entienden que una pista de baloncesto municipal no puede ser de cemento: «está prohibido por ley», argumentan. Y al Servicio Andaluz de Salud por una «cadena de errores durante su traslado de un centro hospitalario a otro». La historia ya se contó el pasado mes de marzo en estas mismas páginas.

«En menos de un mes la Fiscalía tendrá que decidir si la causa va por lo penal o por lo civil . Estamos expectantes, pero mientras, se puede hacer una idea de cómo nos encontramos», comenta Juan Carlos.

«Decía —continúa su madre en una emotiva carta a la que ha tenido acceso ABC—: “Matarme, matarme” ». Los dolores eran insoportables durante el traslado en ambulancia hasta, primeramente, el hospital Macarena.

«Los amigos lo llevaron al centro de salud de Burguillos , donde «le dieron escasa importancia al golpe » —comentan sus padres— y nos derivaron al Macarena. Si hubieran visto una gravedad mayor nos habrían mandado directamente al Rocío.

Pero lo trasladaron hasta el Macarena en una ambulancia con conductor, sin enfermero ni médico . Durante el trayecto —iba sentado— se golpeó la cabeza varias veces durante el trayecto. Solo tenía la protección del cinturón. Yo iba frente a él y no sabía qué hacer».

«Durante el trayecto perdió el conocimiento y paramos a la altura de La Algaba. Recuperó el conocimiento, llegamos al Macarena, esperamos dos horas a que nos dieran el resultado de un TAC .

Entonces nos mandaron urgentemente al Virgen del Rocí o. Entramos a la 1.20 horas del 2 de diciembre y tras pasar por Observación nos dijeron que nos podíamos ir a casa.

Operación de urgencia

Mi marido llamó al hospital a la mañana siguiente para ver cómo estaba y contestaron que «algo nervioso». A los diez minutos de salir de casa para el hospital llamó el cirujano para decirnos que lo iban a operar de urgencia... y de ahí salió ya en coma a la UCI, donde finalmente falleció».

Este es, grosso modo, el resumen que su madre realiza desde el momento del golpe hasta que Azat muere. Decidieron donar sus órganos , algo por lo que el SAS «no nos dio las gracias hasta que salió en los medios la noticia de nuestro hijo en marzo», critica su padrastro.

Sobre esta donación, los padres del «ruso volador» (como le conocían cariñosamente sus amigos por la facilidad de salto) critican que no han recibido apoyo psicológico , sintiéndose «totalmente desamparados».

Sobre la actuación del Ayuntamiento durante este tiempo, sus padres critican que «hasta un mes después de la muerte, el alcalde no nos dijo nada . Fue un encuentro casual en la calle y nos dio el siguiente pésame: «Lo siento, miarma».

Después nos hemos reunido y nos dijo que pensaban hacerle un homenaje en el mismo pabellón donde perdió la vida, circunstancia que no ha ocurrido. Desde entonces no sabemos nada más del Ayuntamiento; tan sólo que los carnavales se realizaron en el mismo lugar donde murió Azat».

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